Tras una audiencia inicial de seis horas, el juez Erick Israel Robles dictó ayer la medida cautelar de prisión preventiva en contra del médico cirujano Felipe Alejandro H. A., y del anestesiólogo Eduardo V. C., quienes participaron en la cirugía estética de Lidia Kogel Hernández, de 57 años, quien fue desaparecida, decapitada y cercenada después del procedimiento que se realizó en la clínica Juvenex Med-Spa.
“Murió una mujer juarense y se atentó contra la dignidad de la sociedad en general y de la familia de la propia víctima”, dijo el juez sobre su decisión de mantener a los imputados en prisión hasta la próxima audiencia, luego de escuchar la narrativa de los testigos y los resultados de los peritajes que expuso el Ministerio Público.
De acuerdo con la narrativa de la Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas del Delito por Razones de Género y a la Familia (FEM) con base en los testimonios de tres asistentes, los propios imputados y vecinos, el médico responsable del establecimiento y de la intervención estética fue el dominicano Ralph R. R., quien también cuenta con ciudadanía estadounidense, y quien laboraba presuntamente con un título de medicina de la Universidad de Durango y documentos de una supuesta especialidad en Veracruz, apócrifos.
El presunto médico, quien estuvo detenido en el Centro de Readaptación Social (Cereso) de Ciudad Juárez el 8 de junio de 2017 al 4 de octubre de 2019 por usurpación de profesión luego una cirugía estética mal realizada, continuó laborando al quedar en libertad, ante “la negligencia de las autoridades competentes”, señaló el juez sobre el hombre quien permanece prófugo al igual que su esposa.
El Ministerio Público relató que el extranjero le habría cobrado 3 mil 500 dólares a Lidia por realizarle una lipotransferencia de la grasa de los brazos, espalda y abdomen a los glúteos y cadera, durante una intervención que le fue realizada el miércoles 7 de agosto de 2024 en el establecimiento ubicado en la avenida Hermanos Escobar.
La víctima le había comentado al doctor que no le gustaba molestar a los demás, por lo que no les dijo a su esposo (quien estaba trabajando en Estados Unidos) ni a sus hijos (quienes ya son adultos) que se operaría ese día, por lo que acudió sola a Juvenex Med-Spa.
Según los testimonios de las tres asistentes, Lidia llegó al establecimiento aproximadamente a las 9:00 de la mañana a bordo de su camioneta Honda de color blanco, y en la intervención participaron Ralph R. R., quien dirigió el procedimiento, el anestesiólogo de 53 años, y el médico cirujano de 69 años, quien apoyó en la sustracción de la grasa corporal de la víctima.
De acuerdo con la FEM, H.A. y V. C., ofrecían y promovían la realización de procedimientos de salud y belleza y cirugías estéticas, sin contar con licencias, autorizaciones y certificaciones sanitarias correspondientes emitidas por la autoridad competente, por lo que fueron detenidos bajo órdenes de aprehensión por los delitos de homicidio calificado, práctica indebida del servicio médico y usurpación de funciones.
También estuvieron presentes una pasante de enfermería, invitada por el anestesiólogo y otra doctora de quien no se dieron más detalles, pero ambas se fueron antes de que concluyera la operación; mientras que las tres asistentes realizaron distintas acciones, pese a no tener conocimientos. Además de que arribó al lugar la esposa del médico responsable.
Relataron que la cirugía concluyó entre 5:30 y 6:00 de la tarde, cuando el médico les pidió a sus asistentes colocarle la faja a la paciente, por lo que una de ellas se percató que tenía una herida abierta en el brazo izquierdo y que estaba sangrando mucho, además de que los niveles de azúcar comenzaron a subirle a más de 306 y luego a 320, y C.V. pidió que le pusieran insulina.
Se dijo que los dos médicos que apoyaron se fueron aproximadamente a las 6:00 de la tarde, y las tres asistentes entre las 8:00 y 8:15 de la noche, pero la paciente todavía no despertaba, por lo que se quedaron con ella el médico responsable, su esposa y su bebé de tres meses de nacida.
Una de las asistentes narró que la esposa del doctor la llamó más tarde para preguntarle en dónde había dejado el consentimiento que había firmado la señora Lidia para realizarse la cirugía, y la mañana siguiente les pidieron a las tres asistentes que no fueran a trabajar porque no iría el doctor, por lo que se presentaron hasta el viernes 9 de agosto.
Relataron que ese día el doctor las reunió y les dijo que la paciente se había levantado y había estado caminando a la 1:00 de la mañana, pero que después se había vestido y se había ido, sin que él pudiera impedírselo; pero que después le habían hablado familiares para informarle que no la encontraban, que sospechaba que estaba secuestrada y les pidió que mintieran y dijeran que la cirugía se había terminado a las 3:00 de la tarde y que la señora se había temprano.
Las tres se negaron a mentir y renunciaron en momento, por lo que el doctor les dio su finiquito y les dijo que se iría de vacaciones a Estados Unidos con su familia.
La familia de Lidia comenzó a buscarla ese mismo día. Su hija narró que al insistir en el celular y el WhatsApp de su mamá, le contestó un hombre con acento extranjero, quien le dijo que Lidia se había sometido a una cirugía estética, que había salido bien, pero que estaba dormida, y que no podía darle más datos.
En la madrugada del jueves 8 de agosto fue encontrada su camioneta en la colonia El Granjero, y horas después su hija recibió una llamada en la que un hombre le preguntó si era familiar de Lidia Kogel Hernández y cuando le respondió que sí solamente le advirtió: “pare su búsqueda”.
Dentro de las investigaciones descubrieron que otro hombre abandonó la camioneta y luego pidió un vehículo a través de una plataforma digital para que lo llevara hasta la avenida Hermanos Escobar.
Luego de que su hija recibió una llamada anónima en donde le dijeron que su mamá había sido tirada en el Camino Real, Lidia fue encontrada hasta los días 13 y 25 de septiembre; primero la parte superior y luego la parte inferior de su cuerpo, dentro de un tambo con cemento y dentro de bolsas de plástico con cal, primero en la colonia Juanita Luna y luego en la ampliación Felipe Ángeles.
De acuerdo con las autoridades la causa de muerte fue hemotórax derecho, choque hipovolémico y laceración de arteria subclavia, por lo que el juez destacó que los implicados intentaron crear una cuartada al pedirle a las asistentes que mintieran; después de cercenar el cuerpo lo escondieron más de un mes y luego lo tiraron en distintos tiempos y áreas, involucraron a terceras personas para deshacerse de la camioneta y querer hacer verlo como un secuestro y le pidieron a su hija que dejara de buscar.
Pese a los argumentos de la defensa de los dos imputados de que no existía riesgo de sustracción, y que cuando ambos salieron del lugar en donde se llevó a cabo el procedimiento estético la mujer permanecía con vida, el juez explicó que dentro del juicio eran señalados como coautores, y que durante el juicio existía la posibilidad de que se deslindaran, pero que mientras tanto permanecerían en prisión preventiva.
La próxima audiencia será el próximo martes 3 de junio a las 11 de la mañana, para determinar si los dos imputados son vinculados o no a proceso.

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