El número de encuentros con migrantes en el Sector El Paso, que abarca el estado de Nuevo México y el Oeste de Texas, ha caído a niveles históricamente bajos, con un promedio de entre 50 y 60 encuentros diarios en febrero de 2025, según datos de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos.

En el mes de enero, la cifra mensual fue de 4,871 encuentros entre los puertos de entrada en esta región.

Esta tendencia descendente en la llegada de migrantes se ha replicado en toda la frontera Sur del país. En enero de 2025, la Patrulla Fronteriza registró cerca de 61,500 encuentros con migrantes en toda la frontera Sur de Estados Unidos, de los cuales 29,000 ocurrieron entre los puertos de entrada.

Los datos indican que la cantidad de migrantes intentando cruzar irregularmente a Estados Unidos ha disminuido significativamente en comparación con años anteriores, cuando se registraban cifras mucho más altas.

El drástico descenso se atribuye a políticas migratorias implementadas en los últimos años. Durante la administración de Joe Biden, las restricciones se intensificaron con la prohibición de solicitudes de asilo entre puertos de entrada en junio de 2024 y la implementación obligatoria de la aplicación CBP One para agendar citas de solicitud de asilo.

Posteriormente, la eliminación de esta aplicación en el primer día del gobierno de Donald Trump ha llevado a muchos migrantes a buscar alternativas en otros países o retornar al Sur de México. Esta situación ha generado un aumento en la presión sobre los refugios y organizaciones humanitarias en territorio mexicano, que han reportado una mayor cantidad de personas varadas en ciudades fronterizas como Tijuana, Reynosa y Ciudad Juárez.

El presidente Trump ha celebrado esta disminución de cruces irregulares como resultado de sus políticas migratorias. Sin embargo, expertos en seguridad como Adam Isacson, del Washington Office on Latin America, han señalado que estos números no se habían visto desde los primeros meses del primer mandato de Trump. Algunos críticos argumentan que estas medidas han dejado a miles de migrantes en una situación de vulnerabilidad extrema, sin acceso a un debido proceso para solicitar asilo.

Por su parte, el Gobierno de México, bajo la administración de Claudia Sheinbaum, ha continuado con las políticas de contención migratoria implementadas por su predecesor, Andrés Manuel López Obrador.

Entre ellas, destaca el despliegue de 10,000 tropas de la Guardia Nacional en la frontera Norte como parte del 'Operativo Frontera Norte', iniciado en febrero de 2025, para frenar el tráfico de drogas y migrantes. Además, Sheinbaum ha reforzado la colaboración con Estados Unidos en materia de seguridad fronteriza, lo que ha resultado en un aumento de patrullajes y operativos en la región.

Mientras tanto, la presión de Estados Unidos sobre México para controlar la migración y el narcotráfico ha llevado al anuncio de la aplicación de aranceles del 25% a productos mexicanos a partir de hoy 4 de marzo. Trump justificó la medida argumentando que el tráfico de drogas, especialmente de fentanilo, sigue siendo un problema grave, pese a que datos oficiales muestran una disminución del 22% en las incautaciones de esta sustancia en la frontera y una caída del 24% en las muertes por sobredosis según los CDC de Estados Unidos.

Además, el Gobierno mexicano ha extraditado a 29 líderes de cárteles a Estados Unidos como parte de su colaboración en el combate al crimen organizado. Sin embargo, estas acciones no han sido suficientes para evitar la implementación de los aranceles anunciados por Trump.

La decisión de imponer aranceles ha generado preocupación entre empresarios y analistas económicos, quienes advierten sobre un posible impacto negativo en el comercio bilateral y en la economía mexicana.

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