Ciudad de México.- En la memoria de los aficionados que se presentaron en el Estadio Alfredo Harp Helú hay muchos recuerdos donde el protagonista es el beisbol.
Los sentimientos afloran, ya sea porque el abuelo o papá heredó la pasión por un deporte que no conoce de fronteras, también porque se vio a un equipo ganar, o sencillamente porque en el parque de pelota se vive a plenitud.
«Es un evento muy bonito donde podemos conocer a la gente de otros equipos y celebrar cómo se debe al beisbol. Venimos mi papá y yo a pasar un buen rato y recordar que el deporte es familiar, que si bien es cierto que es una competencia, estos cien años nos han enseñado a convivir», mencionó Nani, fanática de Pericos de Puebla.
«El beisbol es algo grande, es del deporte rey y lo más grande que hay porque es bendito, es así como una religión, para mi es lo mejor estar celebrando en este estadio el centenario», agregó David, seguidor de Acereros.
Ponerse en los zapatos de los protagonistas de los cañoneros que participarán en el Home Run Derby o en el Juego de Estrellas es una forma de honrar al Rey.
«Definitivamente los cien años de la Liga Mexicana de Beisbol también se pueden definir como sacrifico por todo lo que pasan los jugadores al viajar, dejar a su familia, para estar aquí», comentó Daniela, fanática de Diablos Rojos del México.