Siempre es conveniente y da certeza saber en dónde estamos parados y en ese sentido los datos estadísticos son una gran ayuda. En Ciudad Juárez además de los datos oficiales que publica en INEGI, los que comparte el Plan Estratégico de Ciudad Juárez en cuanto a calidad de vida y los generales por parte del Instituto Municipal de Investigación y Planeación son de gran ayuda; cierto es que para construir datos propios en muchos de los indicadores toman los números oficiales, sin embargo, cuando se trasladar y relacionan los meros números para transformarlos e información -no es lo mismo datos e información, la segunda surge cuando se combinan los datos para darles sentido- nos ayuda a conocer las tendencias de diferentes temas sociales, económicos y urbanos que acontecen en la ciudad que, ubicándolos en el tiempo y las circunstancias que prevalecían en ese entonces, son elementales para entender el presente y plantear escenarios futuros.
Por ello los resultados publicados recientemente: “Radiografía Socioeconómica del Municipio de Juárez 2024, Así Comenzó 2025” por parte del IMIP y “Así Estamos Juárez 2025 por parte del Plan Estratégico”, se convierten en el pulso de la ciudad que los ciudadanos debemos conocer para opinar de manera informada, por supuesto con debida cautela, porque en los dos casos se muestran tendencias históricas susceptibles de analizar. Es importante apuntar que además de los años que llevan realizando estos ejercicios, si bien cada uno con su propia metodología por tener diferentes objetivos, ambos resultados son confiables.
Debo confesar que cuando inicié con la lectura de la radiografía socioeconómica la fotografía que ilustra el apartado correspondiente al contexto regional me impactó: el elocuente muro que divide dos países, y no sé si aquí quepa decir dos realidades porque todos sabemos que la frontera, aun con ese muro que divide dos países, no alcanza a separar la profunda relación que compartimos cotidianamente. Recordemos las fronteras son políticas, artificiales, las establece el hombre, y es a través de ellas que hemos convertido a la naturaleza, a la tierra, en territorios, es decir, hemos puesto límites a la tierra y naturaleza que a todos pertenecen, hemos puesto un “hasta aquí”, en cierta forma arbitrario, para asignarlas a países, estados y ciudades. ¿Quién puede negarle a la naturaleza que las montañas al norte del muro son parte del mismo sistema orográfico que las del sur? Y el agua en el subsuelo es la misma… igual el aire que respiramos.
Mostrar un análisis menos somero de los datos que nos presentan ambos informes llevaría más espacio del que se dispone en esta entrega, sin embargo, de entrada llama la atención que de acuerdo al IMIP el crecimiento poblacional del municipio en los últimos cinco años registró un aumento de solo 53 mil habitantes, lo cual contrasta con el periodo 1995 a 2000 que fue de 207 mil y de 2000 a 2005 donde subió 95 mil; el propio IMIP de manera más sencilla nos dice que en el último quinquenio la población aumentó en un habitante por cada cien. Para bien o para mal es notable la desaceleración y habría que lanzar hipótesis a ese respecto.
Ahora bien, el IMIP nos muestra el porcentaje de hogares con jefatura masculina y femenina, sin embargo el Plan Estratégico va más allá mostrando claramente que mientras en el año 2000 el 78 por ciento correspondía a hombres y 22 a mujeres, para el 2020 la situación había cambiado sustancialmente pues 66 eran de jefatura masculina y ya una tercera parte, 24 por ciento, femenina. El simple dato de cada periodo, al unirse marcó una tendencia y nos está dando información qué lleva a preguntarnos qué ha sucedido, a qué se debe este aumento y sobre todo qué implica ¿será que cada vez hay menos padres responsables de los hogares y la mujer debe asumirla? Y si es así ¿a qué se debe? También es importante saber en qué nivel socioeconómico se da con mayor frecuencia y en qué zona de la ciudad se ubica.
Otro dato interesante que aporta el Plan Estratégico es que en general en el último año ¡el 73 por ciento pensó en irse de la ciudad! Ese dato se acentúa en la zona de Anapra, 78 por ciento, y casi igual en el suroriente, mientras que el más bajo, 63 porciento, se da en la zona de Riberas de Bravo, ¿por qué? Dato interesante: 70 en la zona del Campestre y alrededores. Ahora, en general solo el 63 por ciento siente la ciudad como suya siendo que es entendible que en el área del Campestre es el 81 por ciento y 54 hacia el poniente, sur poniente de la ciudad y suroriente, donde hay mayor marginación. ¿Qué hacer?
Otra vez y como siempre los números hablan. Si se desea realmente cambiar tendencias o conformarse con tapar lo urgente ¿A dónde y en qué orientar el gasto público? No hay pretexto.