Ciudad de México.- Valladolid, una de las ciudades más antiguas de la península de Yucatán, albergará el primer museo de arte prehispánico dentro de un cenote provisto de pinturas murales de unos ocho siglos de antigüedad.
Ahí se exhibirá una colección de más de 250 piezas arqueológicas, adelantó en entrevista el arquitecto Abraham Fabila Cisneros, responsable de este proyecto de carácter privado que, según aseguran sus impulsores, cuenta con la autorización del INAH.
«Esa caverna con pinturas prehispánicas evidentemente ya es un museo como tal. Y estas pinturas fueron el inicio de la idea de hacer ahí un museo», explicó el proyectista.
Los murales abarcan unos 70 metros lineales y relatan la vida cotidiana de los mayas, en particular de los jóvenes que acudían a recolectar agua en el cenote y enfrentaban peligros en una selva donde podían encontrarse, por ejemplo, con jaguares, entre otros animales salvajes.
«Era un gran cambio, porque pasaban de la niñez a la adolescencia, se convertían en hombres al hacer este tipo de actividades de manera independiente y solos», indicó Fabila Cisneros al referir la explicación del arqueólogo que examinó la obra mural.
El museo formará parte de un proyecto inmobiliario llamado Muúk Karant con 604 lotes residenciales, y un hotel boutique de 40 habitaciones.
El predio en el que se construye el desarrollo abarca 84 hectáreas y aloja cinco cenotes, uno de ellos -el que alojará el museo- seco y con una dimensión de al menos 100 metros de diámetro, con una hondonada natural que propicia un singular microclima.
«Cuando digo cenote 'seco' quiero decir que a través de los años el lodo ha ido cubriendo el agua. Entonces lo que haremos es dragar todo ese lago para que nuevamente quede el nivel del agua y quede completamente cristalina», aclaró Fabila Cisneros.
Será un museo privado, indicó, pero sin fines de lucro, abierto a todo público, aunque prevén cobrar una cuota de recuperación para solventar «gastos administrativos».
La colección de piezas prehispánicas que presentará corresponde a la heredada hace unas siete décadas por los socios de la empresa World Business Capital, que construye el desarrollo residencial, aledaño al nuevo parque Xcaret.
Entre las piezas de la colección figuran collares, dijes, pulseras, cuchillos ceremoniales, pipas, vasijas, jarrones, flautas y herramientas, entre otras provenientes de diversas culturas que se asentaron en el País, ahora en proceso de catalogación por parte del INAH, según precisó Fabila Cisneros.
El arquitecto anticipó que este acervo se montará en una estructura suspendida, flotante, con una museografía «orgánica» y un recorrido ondulante, que serpentea y se adapta la forma del cenote.
«El recorrido va serpenteando como si fuera una víbora, y donde se juntan los muros es donde se encuentran también más pinturas prehispánicas», detalló.
Por lo pronto se han diseñado unas escalinatas de piedra labradas artesanalmente y se ha avanzado también en la iluminación.
Fabila Cisneros señaló que el proyecto se hace de la mano de las autoridades, tanto federales como estatales, y debe ser cuidadoso en extremo con el cenote y con los bienes arqueológicos que resguardará, por lo tanto, no debe ser invasivo ni pueden usarse materiales ajenos a la región.
Se estima que el museo estará listo a finales del próximo año.
REFORMA solicitó al INAH información sobre los permisos que ha otorgado para la construcción de este recinto, pero la dependencia no ha emitido información.