“…Juárez ha sabido reinventarse ante los cambios del mercado global. Aunque algunas empresas han modificado sus operaciones, la ciudad no ha perdido su ritmo ni su vocación industrial”

Hablar de la maquiladora en Juárez es hablar del corazón de una ciudad que ha sabido mantenerse de pie pese a las adversidades. Quizá suene muy sentimental o poético, pero ha sido ese sector y sus miles de trabajadores los que han sacado adelante a esta ciudad, que desde hace décadas es punta de lanza en la industria maquiladora del país.

Hoy, la maquiladora representa una paradoja compleja: a lo largo del tiempo, la industria ha atravesado momentos buenos y de crecimiento constante, pero también etapas de ajuste, de desafíos; lo que no ha cambiado es la esencia que sostiene a esta ciudad: su ubicación privilegiada y, sobre todo, su gente trabajadora.

Es así, que Juárez ha sabido reinventarse ante los cambios del mercado global. Aunque algunas empresas han modificado sus operaciones, la ciudad no ha perdido su ritmo ni su vocación industrial. Su cercanía con Estados Unidos, su infraestructura sólida y la adaptación de su fuerza laboral siguen siendo claves para atraer nuevas inversiones.

Ni los aranceles impuestos por la administración Trump —que elevaron costos y empujaron a varias empresas a mover operaciones—, ni la presión de las nuevas dinámicas globales han logrado detener del todo a esta ciudad.

Por el contrario, la región ha sabido ser resiliente, reposicionarse como punto estratégico de nuevas inversiones, impulsadas por el fenómeno del nearshoring y por una infraestructura industrial sólida.

Y es esa resiliencia del sector la misma que la de su gente: personas que, todos los días, toman sus sueños y sus responsabilidades para salir a laborar con un objetivo claro: ofrecer una vida digna a sus familias. Ellos y ellas son el verdadero sostén no solo de sus hogares, sino también de nuestra Ciudad Juárez.

Pero no basta con resistir, nuestra ciudad necesita una visión renovada de su industria, dentro y fuera de ella. Un cambio que ponga en el centro a sus trabajadores, que fomente el sindicalismo con apoyo real, su dignidad y que apueste por un desarrollo que no sacrifique su calidad de vida.

Es así como esta ciudad fronteriza podrá seguir siendo clave para México, con una maquiladora más humana y mejor posicionada,

Porque no es un secreto que en Ciudad Juárez su gente no se rinde.

Y mientras exista esa fuerza laboral comprometida, pero también valorada y bien remunerada, esta ciudad siempre tendrá mucho que ofrecer. Exploremos y explotemos las bondades de nuestra frontera y su gente y hagamos de ellas nuestro punto de partida para un futuro prometedor.

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