El expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez fue sentenciado el viernes a 12 años de prisión por una jueza que lo halló culpable de los delitos de soborno a testigos y fraude procesal, en un inédito fallo de primera instancia que podrá ser apelado por su defensa.
A su vez la magistrada Sandra Heredia le dio el beneficio de la prisión domiciliaria en reemplazo de la pena de cárcel, pese a que el abogado defensor del expresidente había solicitado que fuera dejado en libertad mientras se espera el fallo en segunda instancia de otro tribunal.
Uribe, quien gobernó entre 2002 y 2010, se declaró inocente durante el primer juicio a un expresidente colombiano y aseguró que nunca buscó sobornar testigos o engañar a la justicia, por lo que considera que su caso es una “persecución política”.
La jueza concluyó el lunes —cuando dio a conocer la sentencia pero sin la pena— que Uribe instigó a un abogado para manipular a tres exparamilitares con ofrecimientos de dinero o beneficios penales para que declararan a su favor y negaran cualquier presunto vínculo del expresidente con esos grupos ilegales. Sin embargo, lo absolvió por un caso de soborno a una exfiscal condenada por corrupción.