A pesar de que el cristal sigue siendo el narcótico ilegal más utilizado en Chihuahua, cada vez reportan más casos vinculados al fentanilo, que ha comenzado a utilizarse como sustancia de corte para potenciar los efectos de otras drogas como la heroína, la cocaína y la metanfetamina, alertó Ramiro Vélez Sagarnaga, director regional de Centros de Integración Juvenil (CIJ).

El especialista explicó que esta forma de introducción complica la identificación de los casos, ya que el fentanilo no suele detectarse en los exámenes toxicológicos convencionales, lo que impide confirmar muchos de los cuadros clínicos que llegan a los servicios de salud, como el de una mujer presuntamente intoxicada ayer en la colonia CDP.

“La mayoría de las veces no se presenta como una droga de consumo directo, sino como un adulterante que incrementa la potencia de las sustancias y engancha más rápido al consumidor, incluso con menores dosis”, advirtió Vélez.

Detalló que el cristal sigue encabezando las estadísticas de consumo entre pacientes atendidos por el CIJ, seguido por mariguana y sus derivados, entre ellos el wax o cera de cannabis, que contiene una alta concentración de THC. A esto se suma un incremento preocupante del uso de vapeadores y cigarrillos electrónicos entre adolescentes, a pesar de que su venta está prohibida.

De acuerdo con Vélez Sagarnaga, muchas de estas sustancias las ofrecen en redes sociales, e incluso en algunas secundarias los estudiantes han intentado comercializarlas como parte de proyectos de negocio. Ante esta situación, pondrán en marcha una campaña intensiva de prevención en 22 secundarias de la capital a partir de octubre, en coordinación con el DIF Municipal y la Fundación del Empresariado Chihuahuense (Fechac).

“Vamos a trabajar con los tres grados de secundaria, no sólo para hablar de daños, sino para reforzar la percepción de riesgo en adolescentes. Es fundamental que puedan tomar decisiones informadas sobre su salud”, explicó.

Además del trabajo preventivo, el CIJ espera atender este año a más de 2 mil 300 personas con un modelo de consulta externa que incluye atención médica, psicológica, terapias familiares y tratamiento farmacológico. El costo por sesión es de 70 pesos, aunque puede exentarse tras un estudio socioeconómico.

El centro está ubicado en la calle Ojinaga, esquina con Décima, en contraesquina de la Clínica del Centro, y brinda servicio de lunes a viernes, de 8 de la mañana a 7 de la tarde. No requieren cita previa, aunque en el caso de menores de edad es necesario que acudan acompañados por un familiar.

El tratamiento en el CIJ considera también el abordaje de padecimientos mentales vinculados al consumo de sustancias, como trastornos de ansiedad, depresión o déficit de atención, bajo el modelo de patología dual.

Según Vélez Sagarnaga, cerca del 60 por ciento de los pacientes que completan el tratamiento se mantienen en abstinencia durante el año posterior, con un seguimiento mensual durante los primeros seis meses y luego bimensual.

Finalmente, lamentó que la respuesta de madres y padres de familia aún sea limitada, sobre todo en los casos de jóvenes con mayor vulnerabilidad. “A veces acuden más los padres de quienes están menos en riesgo, y eso deja desprotegidos a quienes más lo necesitan”, concluyó.

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