Ciudad Juárez.- Ante la incidencia de delitos sexuales cometidos contra niños, niñas y adolescentes (NNA), con mil 291 abusos y 868 violaciones en la entidad en 2024, personal del Ministerio Público del Estado reiteró la importancia de que los menores conozcan por su nombre las partes del cuerpo, con el fin de que puedan mencionarlas en caso de agresión, además de que identifiquen las muestras de afecto que no son debidas.
“A lo mejor por educación, por cultura, por todo esto, nos da pena decir la palabra o no queremos decírsela al niño para que no lo ande diciendo. Todavía, creo que al decirlo así, pene, ano, se asusta la gente”, dijo Perla Pérez, coordinadora en la Zona Norte de la Unidad de Investigación de Delitos Sexuales de la Fiscalía Especializada en la Atención a Víctimas del Delito por Cuestión de Género y a la Familia (FEM).
En entrevista, la investigadora señaló asimismo la necesidad de proveer a los menores con un espacio de confianza que les permita contar lo que les sucede.
“Esa sería una forma en la que podríamos prevenir que sucedieran este tipo de cosas: darle la confianza a nuestros hijos, decirles ‘nosotros te vamos a creer’, ‘todo lo que tú me digas yo lo voy a creer. Yo creo en lo que tú me digas y yo estoy aquí para defenderte, para cuidarte’. Hacer que el niño entre en un estado de confianza, que sienta que su entorno realmente lo está protegiendo, porque, si esto no sucede, el niño se va a callar”, dijo.
Las cifras
De acuerdo con datos de la Fiscalía General del Estado publicados en la Plataforma Nacional de Transparencia, entre 2015 y marzo pasado, en la entidad se registraron 10 mil 526 abusos sexuales y siete mil 197 violaciones contra este segmento de la población; en su mayoría, señaló Pérez, en el entorno familiar.
“Por lo regular, y lamentablemente, los agresores son completamente de la familia, son las personas directas, son las personas que deberían de encargarse de la protección de esos niños y, lamentablemente, son los que vulneran sus derechos totalmente. Esto es lo que yo encuentro muy devastador porque quien debería de protegerlos es quien los está lastimando”, dijo Pérez.
Callan por años
Por esta cercanía, dijo, y porque los perpetradores utilizan la manipulación o las amenazas, en muchas de las ocasiones, el NNA revela el abuso después de que han pasado muchos años de que se presenta.
“En muchas ocasiones el agresor utiliza el juego, utiliza el cariño, utiliza los regalos para tener acceso a las víctimas; entonces, los niños no lo ven, no lo registran como algo malo, como algo que está haciendo daño”, dijo.
Pérez mencionó también que los padres deben poner especial atención en cualquier marca en el cuerpo de los infantes y de los cambios inusuales en sus conductas, como los rechazos o las formas del llanto o a que se escondan cuando ven a alguien.
“Los niños dejan de comer, dejan de dormir o duermen mucho o tienen estos terrores nocturnos, que se despiertan en las noches llorando, gritando, no se quieren bañar, o quieren que los bañes mucho y los talles bien fuerte, por esta parte de que ‘no me gusta lo que estoy sintiendo’”, dijo Pérez sobre los probables síntomas de ataques.
“Se hacen muy agresivos algunos, algunos se aíslan… Básicamente eso es lo que vemos la mayoría de los casos, que los niños o dejan de comer, o si ya son un poquito más grandes, pues ya intentan hacerse hasta daño ellos mismos. Porque no quieren vivir esto, pero si no existe la confianza, decírselo a mamá, a papá, a una tía, a alguien, pues me lo guardo y yo lo empiezo a vivir y lo empiezo a a sacar como puedo. Entonces, ¿cómo puedo? Pues gritando, peleando, no haciendo tareas, no queriendo ir a la escuela, ya no me quiero bañar, no quiero que me toque, no quiero comer y ese tipo de situaciones”, agregó.