Ciudad de México— La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, informó ayer que aún no hay fecha definida para la reapertura de la frontera a la exportación de ganado mexicano hacia Estados Unidos, aunque el Departamento de Agricultura de ese país estimó que podría concretarse en noviembre.
La mandataria explicó que la Secretaría de Agricultura de México ha solicitado que la apertura ocurra antes, al considerar que las restricciones actuales se han sostenido bajo criterios “subjetivos” que afectan a miles de productores nacionales. “Ya estamos estableciendo criterios técnicos para dar certeza y claridad, porque la subjetividad ha frenado la exportación”, subrayó.

Aseguró que ya hay avances en la instalación de una fábrica de mosca estéril para combatir el gusano barrenador, una de las principales exigencias de Estados Unidos. Dicho centro estará ubicado en el sur de México, cuenta con recursos garantizados y, según Sheinbaum, “ya es un hecho” que entrará en operación.
Además, adelantó que se alcanzó un acuerdo con ganaderos de Sonora, Coahuila y Durango para fortalecer la producción y el consumo de carne en el país, el cual será anunciado de manera oficial entre este fin de semana y el siguiente en distintos estados. Posteriormente, el programa se extenderá a productores de Chihuahua y Tamaulipas.
Con estas acciones, el Gobierno busca dar certidumbre a los productores, atender la crisis provocada por el gusano barrenador y reducir el impacto económico que han sufrido los ganaderos por la suspensión de exportaciones hacia el principal mercado de carne mexicana.
Estados Unidos cerró la frontera a la importación de ganado mexicano el 11 de mayo, reabrió parcialmente el 7 de julio en Sonora y volvió a cerrarla el 9 de julio tras detectarse un nuevo caso en Veracruz. El Consejo Mexicano de la Carne estima pérdidas por 700 millones de pesos, mientras que el Consejo Nacional Agropecuario eleva la cifra a mil 300 millones de dólares en daños acumulados.
Mientras la frontera de Estados Unidos se mantiene cerrada para el ganado mexicano, las pérdidas económicas se acumulan y las posturas de la oposición y el oficialismo se tornan irreconciliables.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha calificado como “injusta” la decisión estadounidense y advirtió que “México no es piñata de nadie”, subrayando que la industria bovina genera exportaciones superiores a los mil millones de dólares anuales. Por su parte, el secretario de Agricultura, Julio Berdegué, ha dicho que la medida unilateral de Washington debilita la cooperación técnica bilateral contra el gusano barrenador.
En paralelo, el Gobierno federal anunció un programa especial de apoyo al sector ganadero, con medidas de regionalización sanitaria, engorda y fortalecimiento del mercado interno, buscando mitigar el impacto del cierre.

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