Ciudad de México.- Aunque los indicadores de percepción de confianza en las instituciones financieras ha mejorado, actualmente, únicamente seis de cada 10 personas adultas consideran que su dinero estaría seguro en alguna institución financiera, reveló la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
La proporción de la población que confía en que su dinero estaría seguro en instituciones financieras pasó de 59 por ciento en 2021 a 61 por ciento en 2024, lo cual muestra una muy ligera mejora.
La confianza de la población en cuanto a que las instituciones financieras protegerían sus datos personales avanzó ligeramente de una proporción de 57 por ciento en 2021 a 59 por ciento en 2024.
En 2021, cerca de 52 por ciento de la población confiaba en que las instituciones resolverían su necesidad o problema económico, y avanzó a 55 por ciento para 2024.
En cuanto a la confianza para que las instituciones resuelvan quejas y reclamaciones de los usuarios, destaca que en 2021 se registró una proporción de 52 por ciento y para 2024 avanzó a 53 por ciento.
La Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, publicada por la CNBV en marzo de este año, resaltó preocupante que la población con menores niveles de confianza es aquella que nunca ha tenido un producto, lo que puede sugerir que la desconfianza es una barrera para incluirse en el sistema.
«Menos de la mitad de este grupo confía en que su dinero estaría seguro o que las instituciones resolverían sus quejas o su necesidad económica.
«Un dato interesante es que las personas que dejaron de tener un producto financiero confían más que quienes nunca han tenido uno, pero menos que quienes aún lo tienen», comentó la Comisión en el documento.
Lo anterior podría sugerir que la pérdida de confianza es una de las razones por las que algunas personas salen del sistema financiero.
La confianza es elemental para el funcionamiento del sistema financiero, ya que si las personas desconfían de las instituciones financieras, puede llevar a que se autoexcluyan del sistema o en casos graves, a incrementar la vulnerabilidad del sistema en episodios de estrés.
Si bien la confianza parece estar afectada por factores como la situación económica y la historia de crisis financieras, esta también puede construirse a través del conocimiento de la conducta prudente en las instituciones.