Equipos de búsqueda de todo Estados Unidos y México llegaron este martes al centro de Texas para relevar a los exhaustos rescatistas locales. Pero las escasas esperanzas de encontrar sobrevivientes continuaron desvaneciéndose al quinto día después de las devastadoras inundaciones que azotaron la zona.

El número de muertos ha seguido aumentando cada pocas horas, alcanzando al menos 109 al mediodía, mientras que las autoridades del condado de Kerr, muy afectado, reconocieron que no se había encontrado a nadie con vida desde el viernes.

Las expresiones de dolor y temor se hicieron más intensas, junto con las demandas de investigaciones y rendición de cuentas. Las familias que seguían esperando noticias de sus parientes desaparecidos «se sentían como si estuvieran en la oscuridad», relató el arzobispo Gustavo García-Siller de San Antonio en una vigilia, hablando de su visita a un centro de reunificación.

La juventud de muchas de las víctimas se sumó a la abrumadora sensación de pérdida. Las inundaciones se encuentran entre los desastres más mortíferos para los niños en Estados Unidos en las últimas décadas, con al menos 30 muertos en el condado de Kerr. Entre las víctimas hay muchas de Camp Mystic, un campamento cristiano de verano para niñas, donde murieron 27 campistas y miembros del personal, y cinco niñas y un consejero de 19 años seguían desaparecidos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *