La economía de América Latina y el Caribe crecerá 2.2% este año, es decir 0.2 puntos porcentuales más que lo previsto en abril, y 2.4% en 2026, pronosticó este martes el Fondo Monetario Internacional.

El FMI es bastante optimista con la economía de México. En abril consideró que su economía se contraería un 0.3% este año lastrada por el impacto de los aranceles de Estados Unidos, pero ahora prevé un crecimiento de 0.2%, es decir 0.5 puntos porcentuales más).

También anticipó además mejoras en la economía de Brasil, que se expandirá 2.3% (0.3 puntos porcentuales más) a pesar de que la mayor economía latinoamericana forma parte de los países que «tendrán grandes déficits fiscales en un contexto de niveles históricamente altos de deuda pública».

Argentina, la tercera economía más grande de la región, se mantiene sin cambios: 5.5% este año y 4.5% en 2026.

En tanto que la economía global crecerá este año 3%, en vez del 2.8% pronosticado en abril, una buena noticia en medio de una vorágine arancelaria, prevé el Fondo Monetario Internacional.

«La incertidumbre ha permanecido elevada» a pesar de la pausa en los aranceles más altos previstos por Estados Unidos para sus socios comerciales que expirará el 1 de agosto, afirma el Fondo Monetario Internacional.

Desde abril Washington ha alcanzado acuerdos con el Reino Unido, Japón, Vietnam, Indonesia, Filipinas y la Unión Europea. Pero muchos de sus socios comerciales apuran los últimos días hasta el viernes para evitar alzas de las tarifas aduaneras que en el caso de Brasil son del 50% y en el de México, del 30%.

Según la última actualización del informe anual del FMI, la economía mundial crecerá 3% (0.2 puntos porcentuales más respecto a las previsiones de abril), es decir menos que el 3.3% de 2024.

«El impacto arancelario no es tan grave como proyectábamos a principios de abril», declaró a la AFP el economista jefe del Fondo, Pierre-Olivier Gourinchas.

A estas «buenas noticias» el experto añade que «la inflación está más o menos según lo previsto», con un promedio mundial de 4.2% para este año y 3.6% para 2026.

Aparte de las pausas arancelarias y de los acuerdos comerciales con Washington, Gourinchas destaca la depreciación del dólar y un «pequeño estímulo fiscal» en algunos países como Estados Unidos.

Pero también el hecho de que las empresas acumulen reservas en previsión de un alza de los gravámenes. Y esto es un arma de doble filo.

«Si se abastecen los estantes ahora, no será necesario aprovisionarlos más adelante», de modo que «prevemos una reducción de la actividad comercial en el segundo semestre y en 2026», explicó Gourinchas.

Las diferencias entre países son notorias.

Estados Unidos crecerá 1.9% (0.1 puntos porcentuales más), es decir bastante menos que en 2024 (2.8%), porque la inflación comienza a «dar señales de que tiene en cuenta los aranceles», estimó Gourinchas.

El FMI anticipa que la Eurozona progrese este año 1% (0.2 puntos porcentuales más), aunque no será gracias a sus principales economías.

Las previsiones para Francia (0.6%) y España (2.5%) se mantienen y la de Alemania sube solo 0.1 puntos porcentuales, lo justo para que la locomotora europea evite una recesión.

Por el contrario el pronóstico para China mejora considerablemente hasta el 4.8% (0.8 puntos porcentuales más), con lo que se acerca al porcentaje de 2024 (5%).

Se debe a varios factores como la acumulación de productos chinos, sobre todo en Estados Unidos, según Gourinchas. Con todo, el país asiático lucha con una demanda interna alicaída, una confianza del consumidor débil y un sector inmobiliario en crisis.

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