El cadáver de Rosa Isela Tena Quintanilla fue encontrado en el poniente de esta frontera en diciembre de 1995, cuando la víctima tenía 14 años. En agosto de 1996 fue asesinada Sonia Ivette Sánchez Ramírez, cuando tenía 13. Coral Arrieta Medina, de 17 años, fue localizada también sin vida en marzo de 2005.
Las tres adolescentes, de acuerdo con la Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas del Delito por Razones de Género (FEM) de la Zona Norte, fueron atacadas por Manuel N. R. o R. N., quien recibió el pasado 27 de febrero la tercera de sus sentencias, de 35 años por el crimen de Coral Arrieta, con lo que sumó 104 años y seis meses de cárcel.
Otro proceso abierto contra Manuel, agregó ayer la FEM, es por la muerte de Lilia Alejandra García Andrade, atacada en agosto de 2001, cuando tenía 17 años.
“Fue hallado responsable del homicidio calificado en contra de una adolescente, cometido entre el 12 y 13 de marzo del año 2005, en un terreno no urbanizado ubicado en el fraccionamiento Parajes del Sur de Ciudad Juárez. Su víctima fue identificada con las iniciales C. A. M., siendo la causa de muerte asfixia por estrangulación manual”, indicó la FEM el pasado viernes.
“Cuenta con una sentencia previa de 30 años de cárcel por un delito similar en perjuicio de su víctima de iniciales R. I. T. Q., así como otra sentencia de 39 años y seis meses de prisión, por el homicidio de su víctima de iniciales S. I. S. R.”, agregó la unidad especializada.
Manuel N. R. fue arrestado el 20 de abril del 2018 por elementos de la Agencia Estatal a través de una orden de aprehensión otorgada por un juez de Control, señaló también el Ministerio Público.
Desde agosto de 2020, un reporte de este medio apuntó a los indicios de operación serial del hombre que, de acuerdo con las sentencias, atacó a adolescentes a lo largo de una década en esta frontera.
“Buscaba niñas y adolescentes, delgadas y morenas. Las maniataba, atacaba sexualmente de manera similar y después les quitaba la vida. Pero en todas dejó evidencia científica: su semen”, indicó el texto periodístico, que señaló que el hoy sentenciado tenía entonces 56 años.
“De acuerdo con la carpeta de investigación, a la cual tuvo acceso El Diario, gracias a los restos de secreción que dejó en sus víctimas, la ciencia pudo llegar a un presunto culpable. Primero la compulsa genética entre su hija, su madre y su hermana, y luego las muestras tomadas directamente a él, señalan a Manuel N. R., de 56 años de edad, como el feminicida serial que atacó a las cuatro menores”, mencionó la información.
Sobre las víctimas, El Diario reportó que Rosa Isela Tena Quintanilla vivía en la calle Presa Falcón de la colonia Independencia I, de donde salió el miércoles 13 de diciembre de 1995 para ir a un centro comercial ubicado entre las avenidas López Mateos y Óscar Flores.
Dos días después, el viernes 15, su cuerpo fue localizado con las manos atadas hacia atrás con las cintas de sus tenis en un terreno baldío de la colonia San Antonio.
Sonia Ivette Sánchez Ramírez fue hallada meses después, el viernes 9 de agosto de 1996, “a unos 300 metros de distancia” de donde fue abandonado el cuerpo de Rosa Isela.
“Vivían a unas cuadras de distancia”, indicó El Diario.
“Al igual que a Rosa Isela, se le apreciaron mordeduras en los labios (…) La causa oficial de muerte fue traumatismo craneoencefálico y presentó laceraciones en el cuello”, agregó el texto.
Coral Arrieta Medina, señaló también el reporte, vivía en la colonia División del Norte, pero trabajaba en una maquiladora ubicada cerca de donde fueron dejados los cuerpos de Rosa Isela y Sonia Ivette.
“Ella desapareció el viernes 11 de marzo de 2005, hasta que la mañana del lunes 14 fue encontrada sin vida en un lote baldío del fraccionamiento Parajes del Sur”, dice el texto.
Sobre el asesinato de Lilia Alejandra García Andrade, aún sin resolución, en el archivo periodístico consta que fue localizada envuelta en una sobrecama el 21 de febrero de 2001 por un trabajador que limpiaba un terreno baldío entre las avenidas Tecnológico y Ejército Nacional.
“El ADN de la sangre encontrada en la sobrecama en la que estaba envuelta Lilia Alejandra no coincidió, por lo que las autoridades creen que pudo haber sido agredida por más de una persona”, agregó otro artículo de este medio, también en 2020.

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