Ciudad Juárez.- Familias juarenses asistieron ayer al panteón Tepeyac para celebrar ahí el Día de las Madres.
Colocar un ramo de flores en una lápida es un símbolo de agradecimiento por los buenos años de crianza que le brindó su abuela a Brenda Margarita Picazo Enríquez, de 35 años, quien acudió con sus hijos al Panteón Tepeyac durante la mañana de ayer como lo ha hecho desde hace diez años.
Acompañada de sus cuatro hijos, un sobrino y su mamá, Brenda limpiaba la lápida antes de retirarse al mediodía, pues la celebración continuaba, pero en casa de su madre.
“Es triste porque ya no la tengo a ella, aunque todavía tengo a mi mamá, pero ella me crió desde bebé, para mí es importante venir a visitarla, y les estoy dando el ejemplo a mis hijos para que no la olviden”, expresó Brenda.
Esmeralda de la Mora Picazo, de 15 años, quien es hija de Brenda, visitó la tumba de su bisabuela, y aunque su lazo consanguíneo es de tercera generación, ella no olvida que también la cuidó como una madre.
“Tengo sentimientos encontrados, tristeza, felicidad, me acuerdo de cuando mi abuela vivía, y la tengo presente como mi madre, esa tradición me han inculcado de venir a visitarla, no olvidarla y siempre tener su recuerdo de cuando me quedaba con ella a dormir”, comentó la menor.
Como ellas, decenas de personas visitaron las tumbas de sus mujeres fallecidas, a las que recordaron con nostalgia.
Es el caso de Guadalupe Martínez, de 60 años, quien sentada al lado de la lápida sostenía una sombrilla; bajo el sol recordó que en vida su madre visitaba la tumba de su abuelita, quien está sepultada en el mismo cementerio.
“Es una tradición familiar, mientras podamos venir nosotras pondremos unas florecitas, y aquí nos estamos un ratito y le ponemos música”, mencionó.
Con ramos de flores naturales, artificiales o una corona de algún santo, las lápidas se llenaron de colores en el Día de las Madres, donde cinco años atrás había más concurrencia de personas, según comentó Manuel Fraire, vendedor de arreglos florales en ese cementerio desde hace 42 años.
“Ahora está más flojo ya, es porque la maquila ya se está yendo, es la falta de empleo, pero sí vienen, unos traen flores y otros las compran aquí, tampoco vienen a tocar los músicos, ya tienen como cuatro años”, dijo el entrevistado.
El comerciante inició desde el 9 de mayo con la venta de flores en el exterior del panteón, con un precio por los ramos artificiales desde los 50, 80 y 100 pesos, pero lo que más eligen los visitantes son las coronas con imagen de santos, que ofrece desde los 100 hasta los 150 pesos. (Verónica Domínguez)