Vestidas de blanco y morado, sosteniendo pancartas con mensajes escritos a mano, docentes de al menos nueve jardines de niños de esta ciudad se manifestaron ayer por el asesinato de una mujer a la que no conocieron, pero que reconocen como una de las suyas: la maestra Isabel Nieto Romero.
La mujer, de 30 años, fue reportada como desaparecida el 19 de mayo tras salir de su trabajo en la zona Pronaf. Seis días después, su cuerpo fue localizado en una estación de ferrocarril abandonada en el sur de la ciudad.
La convocatoria surgió entre educadoras del Sector 13 de educación preescolar del sistema federal, quienes acordaron salir a las entradas de sus planteles a las 8:15 de la mañana, quince minutos antes del arranque del Consejo Técnico Escolar.
Sin interrumpir sus labores, decidieron dedicar unos minutos a alzar la voz por una compañera que, aunque nunca cruzó por sus aulas, les recordó las condiciones que muchas enfrentan: ser jóvenes, mujeres, foráneas y maestras.
“Lo que nos movió fue pensar que pudo haber sido cualquiera de nosotras”, dijo María Teresa Pérez Amador, directora del jardín de niños “Cusárare”, ubicado en UrbiVilla Bonita. “Tenemos muchas compañeras muy jóvenes, muchas que vienen de fuera de la ciudad. No podíamos quedarnos calladas”.
La protesta no fue un paro ni una suspensión de clases. Ese día no había niños en los planteles por tratarse de una jornada de Consejo Técnico, lo que permitió a las maestras organizarse y documentar su manifestación con fotografías.
Entre los preescolares participantes estuvieron también Barrancas del Cobre, Lucina Sáenz Herrera, Catalina Moreno, Carlos Orozco, Jesús Macías, María Sáenz Herrera, Carmen Irigoyen y un plantel de la Zona Escolar 72.
La tarde del pasado lunes la Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas del Delito por Razones de Género (FEM) confirmó que el cadáver localizado en una estación de ferrocarril en desuso en el bulevar Óscar Flores Sánchez y calle Santos Dumont de la colonia Puente Alto era de Isabel.
Dio a conocer que murió por asfixia, y hasta ahora no hay personas detenidas por el caso.
Ayer, las maestras no llevaron micrófonos ni hicieron discursos. Sólo mostraron cartulinas con mensajes como “Justicia para Isabel” y “Ni una más”, en una acción silenciosa pero cargada de significados.
En sus palabras, no se trató sólo de exigir justicia para una maestra que ya no está, sino de visibilizar que, al igual que ella, muchas otras educadoras trabajan todos los días con temor y sin garantías.
“Isabel no era de nuestra zona, ni siquiera la conocimos”, reiteró Pérez Amador, “pero era maestra de preescolar, como nosotras. Eso basta para levantar la voz”.

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