De niño, Carlos Alberto soñaba con convertirse en científico de la NASA, y aunque sabía que no sería fácil para un mexicano, años después ese mismo anhelo lo impulsó a migrar a Estados Unidos, en donde actualmente trabaja en un centro de investigación aeroespacial y hace unos días celebró haber culminado un “Master of Liberal Arts, Management” en Harvard.
“Fue uno de los días más emotivos de mi vida. Fueron mis papás, mi hermana, mis familiares, mi esposa, mis niños. Y cuando dijeron: Carlos Alberto Escobar, Ciudad Juárez, Chihuahua, México, sentí un orgullo muy grande”, compartió el fronterizo al oír nombrar no sólo su nombre sino también su procedencia frente a casi 10 mil graduados y sus miles de acompañantes.
Carlos Alberto nació hace 47 años en Ciudad Juárez, creció en la colonia Álamos de San Lorenzo y egresó de Ingeniería Industrial del Instituto Tecnológico de Ciudad Juárez, pero después de convertirse en “Liebre”, sumó tres maestrías y un doctorado en México y Estados Unidos, a donde migró como estudiante y luego logró que lo contrataran.
En 2011, luego de egresar de un master en Ingeniería de Calidad y Sistemas en el Tecnológico de Monterrey (ITESM) campus Ciudad Juárez, y de haber logrado ser campeón mundial y panamericano de artes marciales, recordó a aquel niño que soñaba con ser científico y vencer paradigmas y en 2012 decidió migrar a Estados Unidos para perseguir su sueño.
Ya casado y con dos hijas de entonces cuatro y seis años de edad, el mexicano vendió todo para ir a Estados Unidos a estudiar una maestría en Ingeniería Industrial, con especialización en Investigación de Operaciones, en la Universidad Estatal de Nuevo México.
“Vendí todo, vendí mi casa, mi carro, vendí todos los muebles para estudiar en el extranjero… me moví con mi familia, y el primer día de clases, cuando iba bajando las escaleras del departamento vi que tenía el reto más grande de mi vida, hacer un posgrado en Estados Unidos, en otro idioma y dije: no hay espacio para el fracaso, voy a hacer lo que vaya a tener que hacer para tener éxito”, recordó.
Y aunque después de sus clases tenía que pasar hasta 12 horas en la biblioteca leyendo los libros y estudiando inglés con énfasis en las Matemáticas, dos años después sus sacrificios fueron reconocidos, cuando se le acabó el dinero y fue contratado por la universidad, se convirtió en el presidente de la Sociedad Honoraria de Ingenieros Industriales y abrió un Club de Artes Marciales en la escuela.
“El mayor reto fue que yo soy juarense, no era ciudadano. Y lo que es mucho mucho más difícil, es que te contraten como extranjero”, compartió.
En 2015 fue contratado por General Motors (GM) como Investigador Sénior en el Laboratorio de Investigación de Sistemas de Manufactura, con especialización en Industria 4.0 y Calidad 4.0., en donde desarrolló algoritmos que impulsaron avances significativos en la innovación en manufactura.
Ahí no sólo logró ser contratado pese a ser extranjero, sino que después de formar parte de un equipo en el que era el único mexicano, fue calificado como profesionista con competencias extraordinarias, lo que le permitió aplicar para la residencia permanente en Estados Unidos, con la que en septiembre del año pasado pudo lograr la ciudadanía.
También continuó sus estudios en modalidad híbrida en el ITESM campus Monterrey, con un doctorado en Ingeniería en Ciencias enfocada en Inteligencia Artificial/Aprendizaje Automático.
En medio de la pandemia, en 2020, comenzó a estudiar una maestría en la universidad más prestigiosa del mundo, y luego GM lo eligió entre un grupo de 114 personas nominadas, como Científico Hispano del año 2021; un reconocimiento que se convirtió en un paso más en sus sueños, ya que en la premiación fue reclutado por Amazon y tres días después ya estaba siendo entrevistado para convertirse en investigador de tiempo completo.
En Amazon, el fronterizo trabajó en la aplicación de algoritmos para acelerar los plazos de entrega a los clientes, hasta que los recortes en la compañía afectaron a su departamento y se enfocó en su Maestría en Artes Liberales con énfasis en Gestión en Harvard, en donde además se desempeñó como asistente de Investigación.
Con una trayectoria diversa en puestos de liderazgo en diversas industrias, actualmente, el hombre que un día decidió migrar en busca de convertirse en científico, es Ingeniero Principal de Aprendizaje Automático en el Centro de Investigación Aeroespacial Howmet.
Pese al éxito que ha logrado en Estados Unidos, el juarense sigue comprometido con su ciudad a través de capacitaciones y asesoramientos a estudiantes y maestros universitarios, principalmente en el ITESM, ya que uno de sus objetivos es colaborar en el desarrollo de su país.
Y, aunque está lejos, Carlos Alberto siempre mantiene el recuerdo de la frontera en donde le aguardan el sabor de los burritos, su sobrino, sus papás, sus amigos y “el sentimiento que sólo se le puede tener a su ciudad natal”; mientras sigue trabajando en lograr los sueños que nacieron en el corazón de aquel niño juarense.