Ciudad Juárez.- En un contexto marcado por la violencia, la desintegración familiar y la cercanía cotidiana a fenómenos como la drogadicción y la delincuencia, un grupo de estudiantes de la Secundaria Técnica 30, ubicada en la colonia Revolución Mexicana, obtuvo el Campeonato Nacional de Handball en la categoría Cadete Varonil.

Tras un largo proceso de preparación, múltiples competencias regionales y un esfuerzo prolongado fuera del horario escolar, los adolescentes fueron los ganadores absolutos.

El equipo, integrado por 12 estudiantes y dirigido por el maestro de educación física Luis Enrique Tamay Villalobos, representó al estado de Chihuahua en la Olimpiada Nacional, celebrada en Colima, donde se coronó campeón invicto, luego de enfrentar a los mejores equipos del país en la disciplina handball, también conocida como balonmano.

De acuerdo con el entrenador, esta es la primera vez que la institución logra una medalla en esta competencia, luego de 18 años de intentos.

“Nunca habíamos traído una medalla de Olimpiada Nacional. La escuela ya había sido medallista a nivel escolar, pero no en esta categoría”, explicó Tamay.

El equipo base está conformado por estudiantes de la Secundaria Técnica 30, con refuerzos de la Secundaria Técnica 80 y de dos planteles en la capital del estado.

Para llegar a la fase final, los jugadores debieron superar múltiples etapas: una Liga Local, el Torneo Municipal, la Fase Estatal y posteriormente la Macro Regional, que se celebró en Tijuana, donde se enfrentaron a selecciones de Tamaulipas, Sonora, Baja California Norte, Coahuila y Zacatecas.

El pase al Nacional se obtuvo tras ganar cinco partidos consecutivos.

En Colima, sede de la Olimpiada Nacional, el equipo de Chihuahua abrió contra Aguascalientes, siguió ante Tamaulipas, avanzó como líder de grupo y enfrentó a la Ciudad de México en cuartos de final.

En semifinales vencieron a Nuevo León, y en la final derrotaron a Sonora en doble tiempo extra, tras mantener el empate durante el tiempo reglamentario y una primera prórroga. En total, disputaron 10 encuentros sin perder.

El logro, según Tamay, fue producto de un compromiso sostenido y entrenamientos adicionales fuera de clase.

“Todos los entrenamientos son extraescolares. Se quedan después de clases, venimos los sábados, a veces entrenamos en la noche. También visitamos otras escuelas para practicar”, explicó.

Añadió que la preparación implicó sacrificios económicos, inversión de tiempo y enfrentarse a potencias deportivas del país.

El entrenador destacó que el carácter del grupo fue decisivo. “Más allá de las habilidades técnicas, lo que hizo la diferencia fue el temple, la determinación y el compromiso con el que los muchachos enfrentaron cada partido. No se intimidaron ante equipos de trayectoria como Nuevo León o Sonora”.

Además del resultado deportivo, Tamay resaltó el impacto del proceso en la formación integral del alumnado.

“Estamos en un sector donde la violencia es de todos los días. Los muchachos conviven con eso. Muchos provienen de contextos de desintegración familiar y viven problemas sociales complejos. Nosotros tratamos de mostrar que el deporte puede ser una opción de vida”, explicó.

El maestro aseguró que al regresar de este tipo de competencias, los estudiantes muestran mejoras en su actitud académica y mayor motivación para continuar sus estudios.

“El deporte y la educación deben ir de la mano. El objetivo es que lleguen a la universidad, que consigan una beca deportiva y que logren una carrera profesional”.

Finalmente, envió un mensaje a los jóvenes de la ciudad: “Practicar una disciplina deportiva puede ser una opción para resolver muchos de los problemas que se viven a diario. Es una forma de alcanzar metas, de lograr objetivos positivos y de crecer como personas de bien”. (David Ceniceros / El Diario)

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