Ciudad Juárez.- Una niña que fue víctima de violación en 2022 a sus ocho años por su padrastro, obtuvo justicia con la condena a 16 años y 8 meses de prisión contra su agresor, Óscar Rodrigo F. D., pese a la revictimización institucional (señalada así por el propio juez) y los intentos de su madre y padre de que no declarara.
La resolución fue dada a conocer por el juez a la niña a través de un formato de lectura simple en que se lee: “Hola, (…). Soy el juez Víctor (Iván Rodríguez Trejo). Nos conocimos cuando viniste al Tribunal. ¿Te acuerdas? Quiero decirte algo muy importante: Tú fuiste muy valiente al contar lo que te pasó. Yo te creo”.
La niña fue retirada de su hogar y se encuentra bajo custodia de la Subprocuraduría Auxiliar de Protección a Niñas, Niños y Adolescentes luego de que sus padres biológicos intentaron demeritar la denuncia de su hija y la mantuvieron oculta durante todo el juicio (lo que impidió que declarara), hasta que la Fiscalía Especializada de la Mujer y el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia lograron contactarla en la escuela y asegurarla.
La carta del juez a la niña continúa: “Tú eres una niña fuerte y muy lista, como la mujer valiente. Tú sabes que nadie debe tocar tu cuerpo sin permiso. Eso está mal. Muy mal.
“Por eso, Rodrigo va a recibir un castigo. (…) Él estará muy lejos de ti por mucho, mucho tiempo, (…) donde no puede hacerte daño. (…)
“Tú hiciste bien en hablar. Nada de lo que pasó fue tu culpa. (…) Recuerda que no estás sola”.
Durante el juicio fueron expuestas situaciones como la revictimización y la violación de derechos fundamentales de la pequeña por parte de sus propios padres, que a continuación se vertirán, con la reserva de nombres por protección de datos personales del personal médico y de psicología que hablaron ante el juez, y para evitar la revictimización de la niña por la identificación de los padres.
Uno de los asuntos más preocupantes para el juez Rodríguez Trejo fue las siete veces que la niña tuvo que ser sometida a cuestionamientos. En 2023, el 18 de enero fue cuestionada por una perita psicóloga y una médica legista; el 16 de febrero habló de nuevo ante una policía ministerial; el 6 de marzo, ante agente del Ministerio Público; el 10 de junio, fue entrevistada por dos “psicólogos expertos” contratados por la madre para desacreditar el dicho de su hija; el 4 de julio de 2023, por parte de una doctora contratada también por la madre; en 2025, el 20 de mayo de 2025 luego de que la Subprocuraduría tomó su custodia, y el 30 de mayo de 2025 (ya en juicio).
Para el juez no existía justificación razonable ni procesal sino que reflejaron un patrón de “revictimización institucional”, de acuerdo con un documento con extractos de la sentencia ofrecidos a El Diario.
Durante el juicio, además, el Tribunal se percató de que la niña no acudía a las sesiones, pero esto fue observado como un modo de silenciar a la menor de edad, que estaba, según el juez, en un entorno familiar que buscaba afectar su derecho a la justicia.
Por esa razón, la Fiscalía solicitó (y el juez permitió) que las declaraciones de 2023 de la niña fueran tomadas en cuenta como su testimonio en juicio, además de que la representación social y la Subprocuraduría emprendieron la búsqueda de la víctima para retirarla del hogar para permitirle participar en el proceso penal.
El 20 de mayo del año en curso fue localizada, y la niña dijo que “no había ido al juicio porque su mamá le dijo que el juicio había terminado”, pero este terminó hasta el 13 de junio, 24 días después. Inclusive su papá le dijo que opinaba lo mismo que su mamá, de que “no iba a pasar nada con el juicio, que eso ya se terminó”, y por eso no la llevaron.
La niña no recuerda con exactitud, y es esperado según el juez, pues sus capacidades a la edad que tenía y que tiene ahora no permiten tener referencias como los adultos, sino con base en eventos. Por eso, la declaración de la niña es que cuando iba en primaria, después de la pandemia por Covid-19, hicieron una fiesta en su casa con su mamá, su padrastro y otras personas. Ella se fue a dormir temprano, pero en la madrugada su padrastro la tocó. Lo hizo de una manera que se constituyó el delito de violación, agravado por la relación de supuesta confianza que había en la familia.
Había, según los peritos de la Fiscalía, huellas emocionales y físicas del delito, pero la doctora y los psicólogos que contrató la madre dijeron lo contrario, aun habiendo utilizado diferentes metodologías para su labor. La doctora no la puso en la posición indicada para el examen y lo hizo con la idea firme de que era un caso “defendible”, además de que no entrevistó a la niña o a la madre.
Los psicólogos dijeron que no había indicios de afectación emocional, además de que el testimonio de la niña tenía falta de detalles y contexto.
El juez valoró que los testimonios de los peritos no tenían comparación, por la metodología y los sesgos con que se realizaron del lado de la defensa del ahora violador sentenciado (los contratados por la madre), además de que la declaración de la niña tenía validez.
Por ello, Óscar Rodrigo F. D. fue sentenciado a 16 años y 8 meses de prisión en una prisión estatal, a los que se restan siete meses que pasó en prisión preventiva (del 20 de abril de 2023 al 22 de noviembre del mismo año).
La niña pidió “que esa persona ya no se me vuelva a acercar, ya no verlo”, y así será.
El juez Víctor Iván Rodríguez Trejo ha presidido más de tres mil 500 audiencias en seis años de labor jurisdiccional, y participó como candidato a juez penal en las elecciones judiciales recientes. No obstante, a la 1:00 de la tarde del 15 de junio, reunió cinco mil un votos, con lo que alcanzó el lugar 33 en la lista de aspirantes, en la que se considerará a los 24 más votados (de los hombres).