Los jueces que absolvieron en dos casos a Naomi Yamilé R. P. de delitos sexuales dejaron indefensos a los niños victimados y dejaron de lado su testimonio, lo más importante en juicios como éste según la Suprema Corte de Justicia de la Nación, declaró Lydia Cordero, directora de la asociación civil Casa Amiga.
“El testimonio de los niños y niñas debe ser prioritario en un proceso de esta naturaleza, y escucharle sin revictimización. Y tiene que tener un poder jurídico y un poder de prueba mucho muy fuerte”, valoró Cordero, cuya organización da acompañamiento a algunas de las víctimas no sólo de los casos de la guardería Techo Comunitario, sino también de delitos sexuales presuntamente cometidos en otras estancias infantiles.
Los días 13 y 23 de junio el juez Jesús Manuel Medina Parra y la jueza Claudia Domínguez Curiel, respectivamente, dictaron sentencia absolutoria para R. P. por abuso y violación, ambos agravados porque presuntamente los había cometido en Techo Comunitario, donde se desempeñaba como asistente educativa.
Aunque el hecho fue celebrado por la familia de Naomi Yamilé y sus defensores particulares, las familias de las víctimas demostraron su enojo en las salas de audiencias de Ciudad Judicial, y en la explanada de ésta.
En el primer caso, el juez señaló que sí había delito pero no se comprobaba la participación de R. P. en su comisión, mientras que en el segundo juicio la resolutora consideró inclusive que había sospechas de falsedad por parte de dos peritos (una médica y una psicóloga) y de la propia agente ministerial que llevó el caso.
Cordero apuntó sobre el primer juicio que “el Tribunal sí da vista de que hay una violencia contra la niña, y que sí ocurrió en ese espacio pero que no es esta persona, pero deja en desamparo a la víctima. Reconoce que hay una violencia vivida, dónde ocurrió, y se le deja en el desamparo.
“Esta víctima no ha llegado a un proceso de justicia, y está inconcluso, y esto también amerita voltear a ver todo lo que ha ocurrido en el proceso de una víctima, y por eso es tan importante lo que por tantos años hemos dicho, que es la profesionalización de estos espacios de atención”, añadió.
Para la directora de la asociación, enfocada en atención a mujeres e infancias víctimas de violencia, “sigue faltando muchísimo en tema de acceso a la justicia para temas de infancia”, y con ambas resoluciones que libran de culpa (al menos hasta el momento, en que no se han interpuesto apelaciones por las resoluciones) a R. P., se ha dejado en desamparo a las víctimas, se les niega una verdad histórica, y genera una preocupación de quienes defienden a víctimas, pues se ha vuelto un proceso revictimizante.
Por ejemplo, en el primer caso no se usó una sala especial para personas en condición de vulnerabilidad (Sapcov) para la niña, y en la segunda hubo más de una hora de espera del niño para declarar en una de esas salas.
“Identificamos que a la hora de desarrollar el juicio faltó hacerlo apegado a los protocolos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para juzgar en temas que involucren a niñas y niños. Las salas Sapcov han sido un trabajo que ha costado mucho para que se desarrollen, y en una de las audiencias no se usó, no se respetaron los tiempos de permanencia, y la manera en que se estaban haciendo las preguntas distan mucho de las recomendaciones de la Suprema Corte. Nos quedan retos muy significativos e importantes para esto”, señaló.
Pese a haber sido absuelta, Naomi Yamilé aún enfrenta más procesos penales en su contra por delitos sexuales presuntamente cometidos en el mismo centro de cuidado infantil, durante su jornada laboral. El próximo 3 de agosto se realizará el tercer juicio.