Peritos forenses han logrado identificar unos 30 cuerpos de los 383 sin incinerar que fueron localizados apilados en un crematorio del norte de México, lo que ha desatado un escándalo e incertidumbre entre cientos de personas que temen que los cadáveres de sus parientes estarían en el lugar.
A más de una semana del escalofriante hallazgo, las autoridades del estado norteño de Chihuahua continuaban el viernes con las labores de identificación de los cientos de cuerpos embalsamados que estaban almacenados desde hace al menos tres años en un crematorio privado, ubicado al sur de la localidad fronteriza de Ciudad Juárez.
El fiscal de Chihuahua, César Jáuregui, indicó el viernes que hasta la fecha se han identificado los cuerpos de 30 personas, de los cuales siete fueron reconocidos por sus familiares.
Desde hace décadas México ha enfrentado un grave problema de desapariciones y una crisis forense por la acumulación de más de 50.000 cuerpos sin identificar en las morgues, la falta de infraestructura y personal forense, además de la dificultad para investigar y resolver casos de personas desaparecidas, que alcanza a 129.943.
Jáuregui expresó en una entrevista con la emisora local Radio Fórmula que entre los 383 cadáveres estaban los de tres niños recién nacidos, y que la cifra de cuerpos podría subir debido a que se identificaron restos de otras tres personas.
Por el caso fueron detenidos el propietario del crematorio, José Luis Arellano Cuarón, y el empleado del establecimiento, Facundo Martínez, quienes enfrentan cargos por “inhumación indebida de cadáveres”.
Las autoridades estatales no han logrado determinar aún por qué se acumularon tantos cuerpos.