Ciudad Juárez.- La comisión de delitos de alto impacto, como el homicidio doloso, es el “iceberg” de las realidades que viven principalmente las periferias de Ciudad Juárez, entre la falta de espacios de cuidado infantil y la permisibilidad de la violencia, señaló Catalina Castillo, integrante de la Red por los Derechos de la Infancia en Ciudad Juárez.
“La permisibilidad que hay en la ciudad promueve una cultura de corrupción, de procesos abiertos no acompañados”, dijo la activista tras la captación de niños y adolescentes por parte de los grupos del crimen organizado.
Castillo lamentó que al paso de los años en Ciudad Juárez “no ha cambiado nada” en términos de mejoramiento, y los niños y las niñas perciben la corrupción de la ciudad ante una cultura de violencia.
“Las escuelas también han hecho un distanciamiento, supongo que estos niños dejaron la escuela porque fueron suspendidos, porque fueron corridos y porque ya no había espacios en donde ellos cupieran, entonces ese es un problema medular. Porque ellos son los ‘iceberg’ de estas causas tan profundas que hay históricas en las realidades del poniente y del nuevo crecimiento, entonces creo que si no hay cambios vamos a seguir teniendo esto”, indicó.
La violencia que viven los niños que ya forman parte de la violencia es muchas veces intergeneracional, porque lo hizo su abuelo, lo hizo su papá y ahora lo está haciendo él, lamentó tras casos como los de Rafael, Darey y Hugo, quienes actualmente tienen entre 15 y 17 años, pero después de crecer en zonas de extrema vulnerabilidad, en familias desintegradas, comenzaron en el mundo de las drogas entre los 10 y 13 años y rápidamente escalaron a los delitos de alto impacto, como el homicidio doloso.
“La clave es la inclusión, estos muchachos requieren apoyo del Estado, por supuesto, y de la familia, que muchas veces la familia no es su principal factor de protección para su desarrollo, se convierte en su principal daño; por eso el Estado debe estar pendiente de todos esos niños. Existe el interés superior de los niños que está sobre toda ley en el país”, agregó Silvia Aguirre, directora del Centro Familiar para la Integración y Crecimiento (CFIC).
Cultura de narcomentalidad
Aguirre señaló la existencia de una “cultura de narcomentalidad y de criminalística” en la música y en series de televisión que muestran como modelos a los niños a narcotraficantes y sicarios, una cultura que debe ser combatida con cultura de paz y reconciliación.
Por eso, promueve la propuesta de Ley General para la Cultura de Paz y Reconciliación, con la esperanza de que cambie al país desde la niñez, aunque no será en un año o dos, apuntó.