Los apagones de electricidad que en lo que va del año han dejado sin agua potable a miles de familias en Juárez no sólo representan una crisis operativa para la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS), sino también un gasto millonario no previsto.
En los primeros cinco meses de 2025 la descentralizada estatal registró cerca de 2 mil apagones, un promedio de 400 al mes, que afectaron el funcionamiento de los pozos y rebombeos encargados de distribuir el agua a la ciudad.
Aunque la JMAS no ha hecho público el impacto económico de estas interrupciones, un análisis de las estadísticas de consumo energético y tarifas de los últimos años permite dimensionar el gasto que representan.
“Son menos pero cuestan tiempos extras, porque son a deshoras; los picos de energía los cobra la Comisión (Federal de Electricidad). Para echar a andar un pozo necesitas toda la potencia”, dijo el director de la JMAS.
Tan sólo en lo que va de este año, el consumo mensual promedio de electricidad para operar pozos ha sido de 9.3 millones de kilowatts (kW), con un costo medio de 2.33 pesos por kW, de acuerdo con gráficas oficiales publicadas recientemente por la JMAS.
Esto equivale a un gasto cercano a los 21.7 millones de pesos mensuales sólo en consumo regular de energía eléctrica.
Sin embargo, en cada apagón, el sistema debe reiniciarse con picos de consumo más altos, lo que encarece la tarifa por penalización, explicó el director de la JMAS, además de requerir personal en horarios extraordinarios para volver a poner en marcha los equipos.
Si bien la Junta no reveló el costo por cada interrupción, técnicos consultados consideraron que estos eventos generan un gasto operativo adicional que, multiplicado por los más de 2 mil apagones registrados hasta mayo, podría representar “varios millones de pesos” no previstos en el presupuesto.
A esto se suma el costo social. Según el director de la JMAS, cada pozo que se detiene por falta de energía afecta el suministro de hasta 3 mil 200 familias, y aunque la luz regrese en un minuto, el restablecimiento del servicio de agua puede tardar hasta dos horas.
El impacto ha sido especialmente severo en el suroriente de la ciudad, particularmente en Riberas del Bravo, donde se han documentado los cortes más frecuentes y donde además existen numerosas tomas clandestinas que agravan la situación.
En 2024, la JMAS reportó 5 mil 313 apagones, la cifra más alta en cinco años, lo que representó un incremento del 21.8 por ciento con respecto a 2023, cuando se contabilizaron 4 mil 360.
La tendencia viene al alza desde 2020, año en que se documentaron 3 mil 436 interrupciones.
El Diario pidió una postura a la CFE a través de su departamento de comunicación social pero al cierre de esta edición no hubo una respuesta.
Hasta junio, Gustavo Pérez, de comunicación social de la JMAS, se había negado a hacer pública esta información. Sin embargo, las estadísticas aparecieron en el portal oficial de Transparencia apenas la semana pasada.