Ciudad Juárez.- Los estudiantes de nivel básico están a tres semanas de arrancar un nuevo ciclo escolar y entre los gastos que conllevan la compra de los útiles escolares, uniformes e inscripciones, en muchos casos, también los padres de familia tienen que considerar el pago de la cuota escolar.
VER PRIMERA PARTE: Regreso a clases y el viacrucis por alzas
Las cuotas escolares en planteles de educación básica en esta frontera continúan como aportaciones voluntarias fijadas por las propias asociaciones de padres de familia en cada escuela, sin una cantidad establecida por la autoridad educativa.
Las cuotas, cuando se pagan, generalmente se utilizan para el mantenimiento de la escuela, compra de materiales y otros gastos necesarios para la operación del plantel; aunque los padres no están obligados a pagarlas si una escuela obliga a un pago de este tipo, pueden presentar denuncias ante la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Además, ningún director o autoridad escolar puede condicionar la inscripción, aplicación de exámenes o entrega de documentos al pago de cuotas voluntarias. Incluso, el artículo 6 de la Ley General de Educación, así lo señala: “se prohíbe el pago de cualquier contraprestación que impida o condicione la prestación del servicio educativo a los educandos”, sin embargo, es común el cobro de alguna contribución al inicio de cada ciclo escolar.
Padres de familia no completan para la cuota escolar
Ante este panorama, padres de familia de diferentes planteles educativos consultados por El Diario señalaron que este ciclo escolar ha sido particularmente complicado cubrir el monto de la cuota solicitada por las sociedades de padres, debido a la situación económica que enfrentan.
VER SEGUNDA PARTE: Como cada año, a estirar el gasto para uniformes
Por ejemplo, María Jiménez, madre de dos hijos en primaria, explicó que logró completar la cantidad solicitada porque se preparó con anticipación. Indicó que desde varios meses antes de la inscripción aparta una cantidad fija para este fin, lo que le permitió cubrir el pago sin contratiempos.
Aunque el pago no es obligatorio, algunos padres de familia mencionaron que, en algunos casos, las instituciones solicitan su colaboración para actividades o insumos como alternativa.
Como Ana Torres, cuya hija ingresó este ciclo a la Secundaria Estatal 3004, dijo que no pudo reunir la cuota. Comentó que, al exponer su situación, llegó a un acuerdo con la directiva para colaborar en diversas actividades de la escuela, aportando su trabajo físico en varias labores.
En tanto, al suroriente, Juan Ruiz, padre de un alumno de la Secundaria Técnica 93, ubicada en la colonia Parajes de San José, expresó que este año tampoco alcanzó a cubrir el pago en una sola exhibición. Explicó que acordó con la directiva pagar la cuota escolar en dos partes para no afectar el ingreso familiar destinado a otros gastos como la compra de útiles y uniformes.
Por su parte, en el Centro de la ciudad, Laura Martínez, madre de dos estudiantes de la primaria Bucareli, indicó que tuvo que posponer el pago de la cuota por al menos un mes. Detalló que priorizó la compra de útiles y uniformes y que posteriormente cumplirá con la aportación establecida por la sociedad de padres.
Pueden variar desde los 500 hasta más de mil pesos
De acuerdo con un recorrido realizado por El Diario, los cobros de la cuota escolar pueden variar desde los 500 pesos hasta superar, en algunos casos, los mil pesos por año, de acuerdo con la zona de la ciudad.
Al norte de la ciudad, se pueden identificar escuelas secundarias que cobran cuotas escolares de mil, 900 y 800 pesos; cobros similares se localizan en planteles escolares al oriente de la ciudad. Las cuotas más “baratas” se localizan en centros educativos ubicados al poniente de la mancha urbana, con cobros que van de los 500 a los 800 pesos; mientras que en el sur de la ciudad las cuotas rondan entre los 700 y los 900 pesos cada ciclo escolar.
El monto de la discrepancia en el cobro de cuotas escolares varía significativamente de acuerdo con el nivel educativo y la zona de la ciudad donde se encuentra el plantel, señalaron Zaira Castillo, representante de la Asociación Municipal de Padres de Familia y Maurilio Fuentes Estrada, subsecretario de Educación en la Zona Norte.

Las cuotas pueden ser más bajas o más altas dependiendo del contexto económico de la comunidad escolar, las necesidades del plantel y los acuerdos establecidos en las asambleas generales de padres de familia.
“El monto se define en asamblea general. Participan los padres de familia de cada plantel y acuerdan si se mantiene la misma aportación del ciclo anterior, si se ajusta con base en los gastos, o si se planean actividades complementarias para cubrir necesidades sin aumentar la cuota”, explicó.
Castillo aseguró que la aportación se realiza por familia, no por alumno, y que no puede condicionarse el ingreso de los menores al pago de esta cuota.
Pago no debe condicionar la educación del alumno
En caso de que alguna sociedad de padres intente restringir la inscripción de estudiantes por no haber pagado o recurra a prácticas como la publicación de listas con nombres de quienes no aportaron, se puede presentar una queja ante la Asociación Municipal de Padres de Familia, los Servicios Educativos del Estado de Chihuahua o la Coordinación de Educación Zona Norte.
“Las listas donde se agradece a las familias que realizaron la aportación, conocidas como listas blancas, son válidas, pero no deben usarse para señalar a quienes no pagaron. El acceso a la educación básica no está condicionado a estas aportaciones”, indicó Castillo.
El subsecretario de Educación estatal, Maurilio Fuentes Estrada, ratificó que las cuotas escolares no pueden exigirse como requisito para la inscripción. Recordó que la Constitución garantiza el derecho a la educación y que ninguna situación económica puede usarse para impedir el acceso de los estudiantes al ciclo escolar.

Las asociaciones de padres son las únicas responsables del manejo de los fondos. Los directivos escolares no pueden intervenir en la administración de estos recursos, aunque sí participan como asesores en la organización y supervisión de las mesas directivas.
Además, los gastos deben quedar registrados en libros contables, acompañados de recibos, facturas y actas que respalden los acuerdos tomados por la comunidad de padres. Mientras que las auditorías a las sociedades de padres son realizadas por los departamentos de Atención a Padres de Familia, tanto del sistema federal como del estatal, explicó el funcionario.
Realizan cada año más de mil revisiones contables
En Juárez existen mil 64 planteles de educación básica, por lo que el proceso de supervisión se lleva a cabo mediante revisiones programadas en el transcurso del ciclo escolar, refirió, por su parte, Castillo.
Agregó que las mesas directivas se reestructuran cada año, por lo general en septiembre, y en octubre reciben capacitación para el manejo administrativo de las aportaciones.
“En febrero se realiza una revisión de libros contables y al cierre de ciclo otra más. Estas revisiones permiten verificar que los recursos se estén utilizando conforme a lo planeado”, dijo.
Cada mesa debe presentar un plan de trabajo anual con base en la rendición de cuentas del ciclo anterior, en el que se contemplan gastos fijos y proyectos en curso.
En junio pasado, al concluir el ciclo escolar 2024-2025, muchas escuelas realizaron su asamblea de cierre con rendición de cuentas y definieron, en algunos casos, los ajustes a la aportación voluntaria para el ciclo siguiente. Algunas optaron por mantener la cuota anterior, otras aplicaron incrementos mínimos y en otras se acordó realizar actividades para obtener recursos adicionales.
Tiene reglamento que rige a asociaciones de padres de familia más de 25 años sin actualizar
Sobre la legalidad de estas organizaciones, Castillo señaló que existe un reglamento estatal de asociaciones de padres de familia, publicado por el Congreso del Estado, el cual regula las funciones, derechos y obligaciones de las sociedades en las escuelas públicas.
Sin embargo, el documento vigente data del año 2000, durante la administración estatal de Patricio Martínez y se basa en el reglamento federal expedido en tiempos del expresidente José López Portillo. “Desde este ciclo estamos solicitando que se actualice el reglamento. Las formas de participación han cambiado en los últimos 20 o 30 años y queremos una versión más acorde con la realidad actual de las familias”, apuntó.
En tanto no exista un subsidio federal o estatal específico que cubra los gastos menores de operación en las escuelas, como productos de limpieza o consumibles básicos, las cuotas voluntarias seguirán siendo uno de los mecanismos mediante los cuales los padres de familia colaboran con el sostenimiento diario de los planteles, dijo Castillo.
Discrepan padres sobre legitimidad de las cuotas
La opinión de madres y padres de familia respecto al pago de estas aportaciones es diversa. Para algunos, las cuotas representan una forma legítima de colaborar con el funcionamiento de los planteles.
“Yo estoy de acuerdo en aportar porque sé que el dinero se usa para cosas que el Gobierno no cubre. En la escuela de mi hija compraron jabón, escobas, hasta arreglaron el baño. Si no damos nada, los salones estarían en peores condiciones”, expresó Laura Gómez, madre de una estudiante de primaria en la colonia Praderas del Sur.
En el mismo sentido opinó Alberto Esparza, padre de familia en la Secundaria Estatal 3004: “Con lo que aportamos se pagan cosas necesarias. La sociedad de padres nos muestra en qué se gasta y hay transparencia. Además, si no damos nosotros, ¿quién lo va a hacer?”.
En contraste, otras familias cuestionan la existencia de las cuotas. “Dicen que son voluntarias, pero en la práctica presionan. En la escuela de mi hijo pidieron mil 400 pesos y no todos pueden pagar. Aunque no te lo digan directamente, sientes que si no pagas, tu hijo queda mal con la escuela”, opinó Mireya Salcido, madre de familia en una primaria del surponiente de la ciudad.
Pedro Hernández, padre de tres alumnos de la escuela Abraham González, expresó preocupación por el manejo de los fondos: “No todos los padres confían en cómo se usa el dinero. A veces no se rinden cuentas de manera clara. Sería mejor que el Gobierno asumiera ese gasto”.
Desde el 2022, en la mesa su desaparición en el estado
Desde el 2022 se discute en el Congreso del Estado y hasta en el Senado, la desaparición del cobro de cuotas escolares. En septiembre de ese año en la tribuna legislativa estatal se presentó un intenso debate con relación a la situación educativa en el estado.
Luego en diciembre de 2024, la Comisión de Educación en el Senado conoció la situación que se enfrenta en los planteles educativos por molestias en el uso de los recursos obtenidos por el cobro de las cuotas escolares que, en algunos casos, provocaron que escuelas se quedaran sin servicios básicos por falta de pago.
Un ciclo educativo después, los padres de familia pagan las mismas cuotas y su cinturón tiene cada vez más agujeros para amarrar el gasto.