Pepsi ya estaba perdiendo la guerra de las colas. En la guerra comercial no le va mucho mejor.
Todo se reduce a dónde elaboran PepsiCo y Coca-Cola los concentrados de fórmula secreta que constituyen la esencia de sus refrescos. Los concentrados se elaboran en instalaciones especiales y luego se envían a las plantas embotelladoras. Allí, se combinan con agua, burbujas y edulcorante para elaborar el refresco.
Hace más de 50 años, PepsiCo comenzó a elaborar el concentrado en Irlanda debido a la baja tasa impositiva corporativa del país. Ahora, la medida de ahorro fiscal de PepsiCo ha resultado un tiro por la culata: el concentrado para casi todas las ventas de Pepsi y Mountain Dew en Estados Unidos está sujeto a un arancel del 10%.
Coca-Cola también tiene décadas de producir concentrado en Irlanda, enviándolo a mercados de todo el mundo. Sin embargo, Coca-Cola produce la mayor parte del concentrado para sus refrescos estadounidenses en Atlanta y Puerto Rico, un territorio estadounidense. Eso significa que bebidas como Coca-Cola y Sprite están menos expuestas a aranceles.
«Irlanda ha tenido la ventaja fiscal durante mucho tiempo, hasta que entraron en vigor los aranceles», afirmó Carlos Laboy, analista de HSBC. Nadie podía haber previsto los aranceles, y no está claro cuánto durarán, pero Pepsi claramente está en desventaja ahora, afirmó.
Tanto Coca-Cola como PepsiCo podrían verse perjudicadas por un arancel del 25% a las importaciones de aluminio impuesto por Estados Unidos en marzo. Coca-Cola importa parte del aluminio de Canadá, y los precios de los refrescos podrían subir como resultado del gravamen, declaró en febrero James Quincey, el director ejecutivo de Coca-Cola. Quincey añadió que su empresa podría mitigar el impacto envasando más bebidas en botellas de plástico o abasteciéndose de aluminio de Estados Unidos.
La guerra arancelaria llega en un momento particularmente malo para PepsiCo. Su participación de mercado en Estados Unidos se ha desplomado en los últimos 20 años, y el año pasado alcanzó un nuevo mínimo cuando Dr Pepper desbancó a Pepsi-Cola como la segunda bebida gaseosa más vendida de Estados Unidos. Tras años concentrándose en alimentos y bebidas energéticas, PepsiCo ahora intenta reactivar sus ventas de refrescos en Estados Unidos. Los nuevos aranceles podrían volver más difícil esa encomienda.
PepsiCo también fabrica concentrado en Texas, Uruguay y Singapur. La compañía se negó a comentar sobre las medidas que podría tomar para mitigar los aranceles. Tampoco quiso decir si los gravámenes podrían impulsar el alza de los precios de refrescos como Pepsi o Mountain Dew.
La guerra de las colas no es la única rivalidad cuya balanza se ha visto inclinada por los aranceles.
En el mundo de los pantalones de mezclilla, Levi Strauss se abastece en muchos países cuyos productos ahora están sujetos a aranceles del 10%. La empresa matriz de Wrangler, por otro lado, fabrica el 40% de sus pantalones de mezclilla y otros pantalones en el hemisferio occidental, incluyendo siete plantas en México. Los productos que Wrangler fabrica en México cumplen con el tratado comercial entre Estados Unidos, México y Canadá, por lo que actualmente están exentos del arancel del 25% a las importaciones mexicanas que el Presidente Trump impuso a principios de este año.
La creciente guerra arancelaria también podría afectar a los fabricantes de pasta de dientes. La mayor parte de la pasta dental Crest que se consume en Estados Unidos se fabrica en el país, mientras que Colgate produce parte de su pasta dental destinada a Estados Unidos en México.
Para los embotelladores independientes de PepsiCo -muchos de ellos empresas familiares cuyas ventas se han visto afectadas por la caída en la participación de mercado de Pepsi- la guerra comercial representa un nuevo golpe.
Las embotelladoras reciben pequeños pedidos de concentrado en contenedores de 205 litros; los pedidos grandes llegan en camiones cisterna. Algunas embotelladoras independientes afirman que prevén que los aranceles al concentrado incrementen sus costos y les preocupa que la guerra comercial pueda hacer difícil que PepsiCo compita con sus rivales.
PepsiCo abrió su primera planta de concentrado en Irlanda en 1974. En la ciudad irlandesa de Cork, PepsiCo actualmente opera su sede global de concentrado, dos plantas de concentrado y un centro de investigación y desarrollo.
Además, el gigante de las gaseosas ha redoblado recientemente su apuesta por Irlanda: en el 2022 invirtió 166 millones de euros, o aproximadamente 189 millones de dólares, en sus instalaciones de manufactura en Cork.
Keurig Dr Pepper abrió una planta de concentrado en Irlanda en el 2022, pero también produce concentrado en St. Louis, Missouri. La compañía se negó a revelar cuánto importa a Estados Unidos.