Las Cruces, NM— La Corte Suprema de Nuevo México, en una decisión dividida de 4-1, revirtió la condena de 2022 contra una mujer de Las Cruces acusada de planear el asesinato de su exnovio.
Cristal Cárdenas, de 37 años, fue condenada por asesinato en primer grado, conspiración para cometer asesinato en primer grado y un cargo de solicitud criminal por la muerte de Mario Cabral, quien fue asesinado junto con Vanessa Mora el 25 de marzo de 2018 en la residencia de Mora en Garfield. La hija adolescente de Mora dormía en otra habitación durante el crimen.
Según las autoridades, Cárdenas y su entonces novio, Luis Flores, mataron a Cabral y Mora después de que Cárdenas intentara contratar a un sicario para asesinar a Cabral. Flores, de 36 años, se declaró culpable de conspiración para cometer asesinato en primer grado y fue sentenciado a 15 años de prisión, de los cuales cumplirá cinco años y siete meses.
Cárdenas fue sentenciada a cadena perpetua por el cargo de asesinato, más 24 años adicionales por los otros delitos.
Motivos de la reversión
La Corte Suprema determinó que Cárdenas no recibió un juicio justo debido a la admisión de pruebas inapropiadas que pudieron influir indebidamente en el jurado. Durante el juicio, los fiscales cuestionaron a Cárdenas sobre su hija de seis meses, fruto de su relación con Flores, quien había dado positivo por metanfetamina.
El juez Michael Vigil, quien escribió la opinión mayoritaria, señaló que “aunque las pruebas de culpabilidad fueron sustanciales, eran circunstanciales; el error afectó un tema importante del caso: la credibilidad”.
La corte concluyó que la línea de preguntas sobre la prueba de metanfetamina fue inadmisible como evidencia de carácter y que existe una “probabilidad razonable de que el error haya afectado el veredicto del jurado”.
Como resultado, Cárdenas tendrá derecho a un nuevo juicio y su caso fue devuelto al Tribunal del 3er Distrito Judicial.
Opinión disidente
El presidente del tribunal, David Thomson, disintió, respaldando la decisión del tribunal de primera instancia presidido por el juez del distrito estatal Conrad Perea. Thomson argumentó que la prueba de metanfetamina era “relevante y apropiada como evidencia de refutación dado que la acusada había presentado una imagen de ser una madre responsable y obediente de la ley”.
Thomson añadió que el Estado no enfatizó esta información durante el juicio y que la evidencia principal de culpabilidad era “abrumadora” y suficiente para mantener la condena.