El Paso.- La familia de Aldo Jenkins, quien murió calcinado en un accidente múltiple el pasado 8 de mayo en el Noroeste de El Paso, presentó una demanda millonaria por negligencia contra el conductor del vehículo y su empleador. La querella fue interpuesta por su hijo, Scott Jenkins, a través del bufete Kherkher Garcia, LLP, ante una corte del estado.
Según la demanda, el conductor del camión de remolque, identificado como Alfredo Campos, manejaba a exceso de velocidad y distraído por un dispositivo electrónico al momento del choque. Jenkins viajaba como pasajero en el camión que remolcaba una unidad pesada cuando ocurrió el accidente. El impacto provocó un incendio que cobró su vida y dejó al menos a siete personas lesionadas.
El incidente ocurrió alrededor de las 6:00 a.m., cuando un tráiler blanco y un remolque negro quedaron descompuestos en Loop 375. Fue entonces que se solicitó un camión de remolque amarillo, operado por Campos, para retirarlos del camino. Sin embargo, Campos no logró detenerse al aproximarse a la intersección con North Desert Road, provocando una colisión en cadena.
La demanda no solo señala a Campos como responsable, sino también a su empleador, Sheffield Towing Service, por presunta negligencia en sus políticas de seguridad. El bufete acusador sostiene que la empresa falló en implementar protocolos adecuados sobre el uso de dispositivos electrónicos y en los procesos de contratación, capacitación y supervisión de sus operadores.
“El demandado no ejerció el cuidado ordinario que se espera de una empresa que opera vehículos comerciales, lo que derivó en consecuencias trágicas”, señaló el despacho legal en un comunicado.
Scott Jenkins exige un juicio con jurado y que se determine una compensación justa por la pérdida de su padre. Además, ha solicitado que se preserve toda la evidencia relacionada con el siniestro.
A esta acción legal se suma una segunda demanda, interpuesta por una de las personas lesionadas en el mismo accidente, que también acusa a Campos y a Sheffield Towing Service de negligencia.
Mientras la investigación continúa, el caso pone bajo la lupa la responsabilidad de las empresas de transporte sobre las condiciones de seguridad de sus operadores, y reabre el debate sobre el uso de tecnología al volante en labores comerciales.