El Paso.– Un juez de distrito federal en El Paso declaró cupable a un inmigrante indocumentado por ingresar a un área de defensa recién designada en el oeste de Texas creada por el gobierno federal como parte de su estrategia legal para terminar con los cruces fronterizos ilegales.
Darío Javier Trejo-Burbano, un nacional ecuatoriano, fue declarado culpable de ingresar al país ilegalmente e ingresar a propiedad militar por el juez de distrito estadounidense David Briones el martes. Ambos cargos son delitos menores simples, y Briones sentenció a Trejo-Burbano al tiempo cumplido más un día hábil.
Trejo-Burbano ingresó al territorio estadounidense la mañana del 8 de mayo después de cruzar el Río Grande, según documentos judiciales, posteriormente pisando el Área de Defensa Nacional. La zona, que se extiende 101 kilómetros (63 millas) en la frontera cerca de El Paso, fue establecida a principios de mayo para permitir que soldados estadounidenses patrullen el área. Una extensión de tierra de 97 kilómetros (60 millas) en Nuevo México fue designada de manera similar en abril.
El ecuatoriano también fue acusado de una violación de delito menor de la regulación de seguridad de propiedad de defensa, pero fue absuelto por un jurado, según documentos judiciales.
El primer juicio con jurado de un inmigrante cruzando hacia la nueva área de defensa también terminó en absolución a principios de junio. Adely Vanessa De La Cruz-Álvarez también fue declarada culpable por un juez de ingresar al país ilegalmente y sentenciada al tiempo cumplido más un día hábil. Docenas de personas que han cruzado hacia el área de defensa se han declarado culpables de cargos similares, según el Departamento de Justicia.
Los casos están siendo procesados bajo una nueva estrategia de funcionarios federales de inmigración para acusar a inmigrantes de invasión de propiedad militar mientras ingresan al país a través de la frontera sur, incluso cuando los cruces están en mínimos históricos. El área está marcada con señales de 30 centímetros (1 pie) de ancho y 61 centímetros (2 pies) de alto designando la zona como propiedad del Ejército estadounidense. Esas señales se convirtieron en un punto de controversia durante el juicio de De La Cruz-Álvarez ya que su abogado defensor argumentó que no estaban presentes donde su cliente cruzó y son ilegibles desde la distancia.