Los datos internos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) revelan una realidad muy diferente a la narrativa oficial sobre las deportaciones masivas: dos tercios de las personas detenidas por la agencia no tienen antecedentes criminales de ningún tipo.

Según información no pública obtenida por Cato Institute, un laboratorio de ideas con sede en Washington, de los 204,297 individuos procesados por ICE entre octubre de 2024 y junio de 2025, un 65.4% –equivalente a 133,687 personas– no tenían condenas penales. Los datos muestran que más del 93% nunca fueron condenados por delitos violentos.

Esta realidad contrasta marcadamente con la retórica oficial de ICE, que continuamente justifica sus operaciones como un esfuerzo para remover criminales peligrosos de las calles estadounidenses. Sin embargo, los números cuentan una historia diferente: la mayoría de las detenciones se centran en personas cuyas únicas infracciones son de carácter migratorio, de tránsito o delitos menores no violentos.

El cambio de política fue el resultado directo de una reunión a finales de mayo entre el subjefe de personal de la Casa Blanca, Stephen Miller, y funcionarios de ICE. Durante esa sesión, Miller cuestionó por qué la agencia se enfocaba en criminales: “¿Por qué no están en Home Depot? ¿Por qué no están en 7-Eleven?”, según reportes internos.

Esta directriz marcó un punto de inflexión en las operaciones de ICE, que pasaron de enfocarse en amenazas a la seguridad pública a realizar arrestos indiscriminados en calles y centros de trabajo, sin importar el riesgo que representen los individuos para la comunidad.

Aumento exponencial

Los datos revelan un incremento dramático en la detención de personas sin antecedentes criminales. Durante las primeras dos semanas de junio, ICE detuvo a casi 927 personas sin condenas penales, representando un aumento de tres veces respecto al inicio de la administración Trump.

Para las personas arrestadas específicamente por ICE –excluyendo aquellas inicialmente detenidas por la Patrulla Fronteriza– el aumento es aún más pronunciado. Los arrestos basados en operaciones de ICE aumentaron cinco veces, pasando de un promedio diario de 215 a más de 1,100 por día.

Según cálculos de Cato Institute, a principios de enero ICE arrestaba aproximadamente a 32 inmigrantes sin antecedentes criminales por día en el interior del país. Para principios de junio, esta cifra alcanzó los 453 arrestos diarios, un aumento de 13 veces.

Presión de las cuotas

La Casa Blanca ha establecido una meta “poco realista” de 3,000 arrestos diarios, según admiten los propios agentes de ICE en entrevistas con medios conservadores como el New York Post y Washington Examiner. Esta presión por cumplir cuotas numéricas ha llevado a que los agentes se quejen de que se está priorizando la “cantidad sobre la calidad”.

Un agente confesó al New York Post que la cuota está “socavando la seguridad pública”, obligando a dejar “algunos migrantes criminales peligrosos en las calles” mientras se enfocan en objetivos más fáciles como solicitantes de asilo en los tribunales e inmigrantes que se reportan regularmente con ICE.

Personas con cargos pendientes

Los datos también revelan que ICE ha detenido a 44,897 individuos que sólo tienen cargos pendientes, sin condenas. La agencia a menudo etiqueta erróneamente a estas personas como “criminales” a pesar de la ausencia de condenas, violando el principio fundamental de presunción de inocencia.

ICE ha admitido en tribunales que considera a las personas con cargos desestimados como “criminales” para efectos de deportación. Esta práctica no sólo priva a los individuos de su derecho a limpiar su nombre, sino que también niega justicia a las víctimas en casos donde pudiera existir culpabilidad.

Condiciones de detención deterioradas

El aumento masivo en detenciones ha llevado a ICE a albergar más personas que nunca en condiciones que se describen como “escuálidas e inhumanas”, peores que las permitidas en prisiones donde cumplen sentencias criminales violentos.

Para financiar estas operaciones expandidas, ICE está pidiendo prestado de apropiaciones de fin de año, dejando a la agencia con un déficit de $1,000 millones. También está trasladando recursos del Ejército y otras agencias de seguridad para aumentar su capacidad de arrestos.

Enfoque sin prioridades

Los expertos en inmigración argumentan que lo que se está presenciando es la esencia de la deportación masiva: indiscriminada, sin enfoque y caótica. A diferencia de administraciones anteriores que priorizaban amenazas a la seguridad pública, la estrategia actual carece de cualquier criterio de priorización.

David J. Bier, analista de política migratoria de Cato Institute y autor del estudio, señala que “la agenda de deportación de ICE no es lo que se está anunciando al público estadounidense. ICE no está interesado en priorizar la seguridad pública, sin embargo, constantemente pretende que cualquiera que objete sus tácticas y prioridades está defendiendo a criminales violentos”.

Llamado a la transparencia

El estudio concluye con un llamado al Congreso para que mandate reportes más transparentes de ICE y requiera que la agencia se enfoque únicamente en aquellos que representan amenazas genuinas a la seguridad pública.

La realidad revelada por estos datos plantea preguntas fundamentales sobre la efectividad y justicia de las políticas actuales de inmigración, y si las operaciones masivas de deportación están realmente sirviendo a los intereses de seguridad pública que proclaman defender.

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