Elephant Butte, NM— La Presa del Elefante (Elephant Butte Lake), el embalse más popular de Nuevo México, enfrenta una crisis sin precedentes que ha llevado a las autoridades a prohibir el uso de lanchas y otros vehículos acuáticos con motor debido a los peligrosamente bajos niveles de agua que registra actualmente.

Con apenas poco más del 3% de su capacidad total, este vital cuerpo de agua que normalmente alberga 2.2 millones de pies-acre se encuentra en su punto más crítico en décadas, generando alarma entre funcionarios estatales, empresarios locales y agricultores de la región.

Una Sequía Devastadora

Earl Greer, presidente de la Cámara de Comercio de Elephant Butte, describe la situación como la más grave que ha presenciado en años. «Siempre rezamos por al menos 400 pulgadas de nieve acumulada en las áreas que alimentan nuestro lago, y este año no las obtuvimos», explicó Greer, refiriéndose a la falta de precipitaciones en las montañas que alimentan el Río Grande.

Los funcionarios estatales advierten que, aunque el lago nunca se ha secado completamente en su historia, esta posibilidad se vuelve cada vez más real si las condiciones actuales persisten.

El contraste con el año pasado es dramático: en la misma fecha de 2023, la presa se encontraba al 8.6% de su capacidad, más del doble del nivel actual.

Impacto Económico Millonario

La crisis va más allá de los aspectos ambientales y se traduce en un golpe devastador para la economía local y estatal. Greer subraya que el lago genera millones de dólares anuales no solo para la ciudad, sino para todo Nuevo México.

«Durante el fin de semana del Memorial Day, recibimos 60,000 personas. En el Cuatro de Julio esperamos entre 100,000 y 150,000 visitantes, y para el Día del Trabajo, entre 30,000 y 50,000», detalla Greer, cifras que ahora se ven amenazadas por la prohibición de actividades acuáticas motorizadas.

La medida de emergencia que prohíbe el uso de embarcaciones con motor representa un golpe directo al turismo recreativo, una de las principales fuentes de ingresos de la región durante los meses de verano.

Agricultores en Crisis

Josh Smith, gerente y tesorero del Distrito de Irrigación de Elephant Butte, pintó un panorama «breve y sombrío» durante una reunión legislativa. Smith explicó que mientras típicamente el distrito distribuye poco más de 3 pies-acre de agua a los irrigadores, este año la asignación se midió en pulgadas-acre.

«Estamos secos», declaró Smith sin rodeos ante el Comité de Agua y Recursos Naturales en Las Cruces.

El problema se agrava por la ineficiencia del sistema actual: el 45% del agua desviada al sistema de irrigación se pierde por filtraciones y otros problemas de transporte, según Smith.

Batalla Legal Complica las Soluciones

La crisis ocurre en medio de un complejo litigio que involucra a Nuevo México, Texas y Colorado sobre la distribución de las aguas del Río Grande, un conflicto que se remonta al Pacto de 1938.

Hannah Riseley-White, directora de la Comisión Interestatal de Corrientes, describió esta disputa legal como «el elefante en la habitación» y advirtió que «las soluciones aquí van a ser costosas».

Texas demandó a Nuevo México en 2013, alegando que los irrigadores del estado habían tomado más de su parte justa del agua del pacto mediante el bombeo de agua subterránea al sur de la Presa del Elefante. Aunque parecía haberse alcanzado un acuerdo en 2022, el gobierno federal complicó las negociaciones al argumentar sus propios intereses en la región.

Propuestas de Rescate

Una nueva petición ciudadana exige al gobernador y legisladores estatales que desvíen parte del agua que actualmente se envía a otros embalses del estado hacia la Presa del Elefante para establecer una reserva permanente de agua.

«El lago lleno son 2.2 millones de pies-acre, así que aproximadamente 110,000 pies-acre estarían en el vecindario de alrededor del 5%», explicó Greer, quien considera esta medida como esencial para la supervivencia económica de la región.

Un Futuro Incierto

Nat Chakeres, consejero general de la Oficina del Ingeniero Estatal de Nuevo México, informó que se espera que las partes presenten acuerdos de resolución propuestos ante la Corte Suprema el 29 de agosto.

Bajo el acuerdo propuesto, Nuevo México tendría que reducir su agotamiento de agua subterránea en 18,200 pies-acre cada año, recortes que provendrían principalmente de la compra de derechos de agua actualmente utilizados para irrigación.

Mientras tanto, el Programa de Conservación de Agua Subterránea del Bajo Río Grande ofrece a los terratenientes entre $750 y $800 por acre para dejar sus tierras en barbecho temporalmente.

La Lucha por Cada Gota

«El agua es la savia de nuestro estado», enfatiza Greer, resumiendo la urgencia de la situación. Todos los expertos coinciden en la importancia de hacer que cada gota cuente mientras el agua se vuelve cada vez más escasa en la región.

La prohibición de embarcaciones motorizadas en la Presa del Elefante representa solo el símbolo más visible de una crisis más amplia que amenaza con transformar permanentemente el paisaje económico y ambiental del sur de Nuevo México.

Con las negociaciones legales en curso y las propuestas de rescate sobre la mesa, el destino de la Presa del Elefante y las comunidades que dependen de ella permanece en la balanza, mientras el reloj avanza hacia un punto de no retorno que podría cambiar para siempre esta región del desierto de Chihuahua.

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