El caso del atropellamiento fatal que cobró la vida del estudiante de 17 años Miguel Ángel Romero dio un giro inesperado: la Fiscalía de Distrito del Condado de El Paso reconoció que el hombre inicialmente acusado no era el responsable del crimen. Tras casi un año en la cárcel, Oscar Solís, de 55 años, fue exonerado al demostrarse que no existía evidencia en su contra.

La acusación original fue presentada bajo la administración del exfiscal de distrito Bill Hicks, quien impulsó el caso pese a que la investigación no contaba con pruebas sólidas. Hicks basó la imputación en el señalamiento de un testigo que identificó erróneamente la camioneta de Solís como la que se dio a la fuga después del accidente.

Solís fue arrestado en febrero de 2024, luego de que un estudiante de Horizon High School muriera al ser atropellado en un cruce peatonal de Darrington Road y Pawling Drive. La camioneta sospechosa, de color rojo oscuro, huyó de la escena. La Policía localizó a Solís en su domicilio, donde además encontraron un envase de alcohol abierto en su vehículo. Su historial con dos detenciones previas por manejar en estado de ebriedad (2003 y 2017) reforzó la presunción de culpabilidad.

Pero las pruebas posteriores contaron otra historia: un examen forense demostró que Solís no tenía alcohol en la sangre, el vehículo no coincidía con el que aparece en los videos de vigilancia y tampoco contenía restos humanos. Testigos incluso describieron al conductor como un hombre, en sus 20, lo que no correspondía con el perfil de Solís.

El actual fiscal de distrito, James Montoya, explicó en conferencia de prensa el 4 de septiembre que su oficina revisó el caso antes de que iniciara el juicio y determinó que no había evidencia para sostener la acusación.

“Cuando asumimos el cargo y revisamos el expediente, vimos que no podíamos proceder en conciencia. No había forma de probar que Solís fuera el conductor ni siquiera que su vehículo fuera el implicado”, afirmó.

Montoya subrayó que el sistema de justicia no debe buscar condenas a toda costa, sino la verdad. “Cuando la evidencia demuestra que la persona arrestada no cometió el crimen, nuestra obligación es corregirlo y desestimar el caso. Eso fue lo que ocurrió aquí”, señaló.

La familia de Romero, que reside actualmente en México, participó por videollamada en la conferencia y pidió a la comunidad que aporte información para dar con el verdadero responsable.

“Pedimos que, si alguien sabe quién fue, dónde vive o dónde trabaja, se acerque a la Policía de Horizon. Lo único que queremos es justicia en memoria de nuestro ser querido”, dijo su hermana, Reyna Romero Flores.

El caso sigue abierto y la Fiscalía pidió a la ciudadanía comunicarse con el Departamento de Policía de Horizon al 915-852-1047 si tienen datos sobre el conductor o la camioneta sospechosa.

Mientras tanto, Solís y su abogado analizan la posibilidad de presentar una demanda civil por el arresto y el año que pasó en prisión. “Es devastador que haya perdido casi doce meses de su vida por un error”, declaró su defensor, Dereck Wyatt.

Este episodio expuso la fragilidad de los procesos judiciales cuando se actúa sin pruebas sólidas: un hombre con antecedentes de manejar ebrio fue acusado erróneamente y la familia de una víctima sigue esperando justicia.

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