Detrás de la puerta de miles de hogares en El Paso se esconde una realidad devastadora: la violencia doméstica que nunca o casi nunca alcanza a llegar hasta las autoridades. Aunque las cifras oficiales ya son alarmantes, especialistas advierten que representan apenas la ‘punta del iceberg’ de una problemática que se mantiene en las sombras por el miedo de las víctimas a alzar la voz.

Los datos oficiales del Departamento de Policía de El Paso (EPPD) revelan más de 6,200 incidentes de violencia doméstica reportados en 2024, un incremento del 8% respecto al año anterior. Sin embargo, organismos de apoyo comunitario estiman que la cifra real podría multiplicarse a cifras imprecisas, ya que miles de víctimas permanecen en silencio.

“Denunciar es muy difícil, porque uno no sabe si después de hablar, la agresión será peor. Muchas veces el miedo pesa más que la justicia”, confesó bajo anonimato una mujer que buscó refugio en un albergue local.

Las cadenas invisibles

El temor que mantiene a las víctimas atrapadas en ciclos de violencia no se limita únicamente al miedo físico. Las barreras para denunciar son múltiples y complejas.

  • Miedo a represalias: La preocupación de que la violencia se intensifique tras la denuncia paraliza a muchas víctimas.
  • Dependencia económica: Sin recursos propios, muchas personas se sienten imposibilitadas de escapar de la situación de abuso.
  • Temor a perder la custodia: “No es solo la violencia, es todo lo que uno puede perder al alzar la voz”, narró otra víctima quien retiró su denuncia por miedo a perder a sus hijos.
  • Aislamiento social: Los agresores frecuentemente aíslan a sus víctimas de redes de apoyo familiar y comunitario.

Factores en contra

En El Paso, la condición fronteriza presenta desafíos adicionales que perpetúan el silencio.

  • Pobreza: Limita las opciones de escape y independencia económica
  • Migración: El estatus migratorio puede ser usado como herramienta de control
  • Falta de refugios: Recursos insuficientes para atender la demanda real
  • Barreras culturales y de idioma: Dificultades para acceder a servicios de apoyo
  • Nueva Legislación: Un Rayo de Esperanza

Reconociendo la magnitud del problema oculto, Texas implementó el Proyecto de Ley 1120 del Senado, que entró en vigor el 1 de septiembre de 2025. Esta legislación histórica busca brindar mayor protección y seguridad a quienes se atreven a romper el silencio.

Cambios Clave

Extensión automática de órdenes de protección: Ahora se extienden por dos años adicionales cuando hay procesos legales pendientes (casos penales, divorcios, custodia de menores).

Definición ampliada de violencia familiar: Abarca más situaciones de abuso, permitiendo que más víctimas reciban apoyo legal.

Mayor participación de víctimas: Garantiza el derecho a estar informadas y participar en los procesos judiciales.

“Ninguna persona debería temer que su orden de protección expire mientras sigue enfrentando un caso legal complejo”, destacó la Fiscal del Condado Christina Sanchez.

Romper el Silencio

María Covernali, activista comunitaria en San Elizario, enfatiza que aunque la nueva ley es un avance, se requiere más: “Las víctimas muchas veces sienten que no tienen salida. Necesitamos más refugios, más apoyo psicológico y más campañas de información”.

El EPPD hizo un llamado urgente a la comunidad: “Si no se rompe el silencio, es imposible detener a los agresores. Cada reporte nos da la oportunidad de salvar una vida”.

Apoyo Disponible

  • En caso de emergencia: 911
  • Línea Nacional contra la Violencia Doméstica: 1-800-799-7233
  • Para órdenes de protección en El Paso: Fiscalía del Condado (915) 273-3242

La violencia doméstica que permanece oculta entre cuatro paredes no solo afecta a las víctimas directas, sino que perpetúa un ciclo de abuso que puede transmitirse a futuras generaciones. Romper el silencio es el primer paso hacia la libertad y la seguridad que toda persona merece.

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