El Paso.– Una pareja del Northeast de El Paso fue arrestada el 5 de septiembre acusada de mantener 25 perros en condiciones de hacinamiento extremo y sin alimentación adecuada, lo que resultó en la muerte de uno de los animales durante una cirugía de emergencia tras ser rescatado.

Wayne John Douglas Hayes, de 44 años, y Shannon Marie Hayes Inks, de 39 años, enfrentan cada uno dos cargos de crueldad hacia animales no ganaderos por las condiciones en las que mantenían a los perros en su propiedad del 10414 Dunlap Dr., según documentos judiciales.

El caso comenzó cuando un funcionario del Departamento Ambiental de la Ciudad de El Paso acudió a la residencia por quejas relacionadas con las condiciones generales de la propiedad. Al llegar, el funcionario detectó un fuerte olor fétido que emanaba de la acumulación de orina y heces de perro, junto con basura y escombros esparcidos por el terreno. En el patio trasero encontró aproximadamente cuatro perros confinados en jaulas.

Durante esa primera visita, el funcionario hizo contacto con una mujer que se cree era la hija de la pareja Hayes. Le explicó el propósito de la inspección e informó que regresaría en tres días para verificar si las condiciones habían mejorado.

Sin embargo, cuando las autoridades regresaron dos semanas después acompañadas de personal de Servicios Animales, encontraron que la situación había empeorado dramáticamente. El número de perros enjaulados en el patio trasero había aumentado a 12, el olor fétido persistía y ahora había una infestación de insectos visible.

Fue entonces cuando Wayne Hayes admitió voluntariamente que él y Shannon tenían un total de 27 perros en la propiedad, algunos en el patio trasero y otros dentro de la casa. El supervisor de Servicios Animales observó que los aproximadamente 12 perros del patio trasero estaban alojados en perreras improvisadas que no cumplían con los estándares mínimos de cuidado animal.

Las condiciones variaban entre las diferentes estructuras improvisadas. Algunos perros tenían acceso a algún tipo de refugio mientras que otros permanecían completamente expuestos. Los pisos eran inconsistentes: algunas perreras tenían paletas de madera, otras consistían únicamente en tierra desnuda, y varias más tenían a los animales parados en charcos de lodo.

Cuando el supervisor solicitó inspeccionar el interior de la casa para evaluar el bienestar de los animales restantes, la pareja Hayes inicialmente se negó. Dijeron que habían estado fuera de la ciudad durante el fin de semana y admitieron que el interior estaba en «desorden debido a la acumulación de heces».

A pesar de negar el acceso físico, Wayne Hayes tomó el teléfono de trabajo del supervisor y capturó fotografías de los perros dentro de la casa. Estas imágenes revelaron animales confinados en jaulas demasiado pequeñas para su tamaño, con acumulación visible de heces debajo de las estructuras. Los pisos de toda la casa estaban manchados con heces y orina de perro, creando condiciones insalubres tanto para la familia como para los animales.

El aspecto más trágico del caso surgió cuando uno de los 25 perros rescatados requirió cirugía de emergencia inmediatamente después del rescate. El animal, que había sido privado de atención médica y alimentación adecuada, no logró sobrevivir a la intervención quirúrgica.

El caso resalta los desafíos que enfrentan las autoridades locales cuando responden a denuncias de maltrato animal. Lo que comenzó como una queja sobre las condiciones generales de una propiedad se convirtió en un caso de crueldad animal a gran escala que involucró a casi tres docenas de animales viviendo en condiciones deplorables.

Las autoridades de Servicios Animales continúan evaluando la condición de los 24 perros sobrevivientes que fueron rescatados de la propiedad. La investigación permanece abierta mientras los fiscales preparan el caso contra la pareja Hayes.

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