La ópera prima de Scarlett Johansson, Eleanor the Great, es una reflexión sobre el paso del tiempo y la necesidad de mantener ciertas historias vivas, afirmó la directora y actriz, quien considera que «todos los actores tienen miedo a desaparecer».

Johansson matizó de inmediato su afirmación durante una entrevista con periodistas en Cannes, al día siguiente del estreno de su primer largometraje como realizadora.

«Bueno, creo que he trabajado el tiempo suficiente para dejar de preocuparme sobre desaparecer, y creo que es liberador. Pero ¿no dirías que todos los actores se preocupan de eso?», preguntó dirigiéndose a la actriz June Squibb, de 95 años, protagonista de la película.

«Claro, y creo que todos intentamos hacer lo correcto. Nunca estamos seguros de nada», respondió Squibb, quien logra un papel protagonista a una edad extremadamente inusual en el mundo del cine.

Una cascada de malentendidos

Eleanor the Great cuenta la historia de Eleanor, una anciana que vive en Florida y cuya mejor amiga, superviviente del Holocausto, fallece.

Devastada, se muda a Nueva York, donde no logra reconectar con su hija. Al involucrarse en un grupo de conversación sobre la Shoah, Eleanor se apropia de la historia de su amiga, lo que desencadena una cascada de malentendidos que no puede frenar.

Ni siquiera se atreve a contar la verdad a su nueva amiga, una joven estudiante de periodismo interpretada por Erin Kellyman.

La cinta no solo aborda el miedo individual a la muerte, sino también el temor a la desaparición de historias fundamentales, como el genocidio nazi.

«Eleanor dice que si ella no cuenta la historia, nadie lo hará. En estos tiempos en que debatimos constantemente quién tiene derecho a contar la historia de otra persona, también debemos enfrentarnos al hecho de que las historias deben ser contadas, sino desaparecerán», agregó Johansson.

La actriz, de 40 años, toma inspiración de prestigiosos directores con quienes ha trabajado, como Woody Allen o Sofia Coppola, para dirigir con eficacia esta película de aire «indie», muy alejada de grandes producciones como la saga de Los Vengadores.

«Tomar notas durante 70 años»

Scarlett Johansson aseguró que la película era una oportunidad inmejorable para trabajar con una actriz que admira desde hace años.

«Simplemente estaba entusiasmada de poder trabajar con June. Es tan aguda, tan eficiente. Hizo que mi trabajo fuera tan fácil porque me di cuenta que le estaba dando instrucciones a alguien que ha estado tomando notas y acatándolas durante 70 años», añadió

Nacida en 1929, Squibb comenzó en el teatro y no rodó su primera película hasta 1990, a los 61 años, con Alice, de Woody Allen. Desde entonces, encadenó trabajos con directores como Martin Scorsese en El Tiempo de la Inocencia o Nebraska, que le valió una nominación al Óscar a Mejor Actriz Secundaria.

Cuando se le preguntó si Eleanor the Great la hace soñar de nuevo con un Óscar, respondió con una carcajada: «¡Siempre sueño con un Óscar!

«Pero creo que esta película merece que le den una oportunidad, tanto a la dirección como al mejor papel secundario», señaló, destacando también a Erin Kellyman.

Kellyman, quien pronto estrenará 28 Años Más Tarde, de la saga de horror de Danny Boyle, dijo que «Scarlett es una de las directoras más consideradas con las que he trabajado».

Johansson, que comenzó a actuar a los 10 años y ha sido nominada dos veces al Óscar, también tiene su propia productora.

«Cuando recibí el guion llamé a mi socio y le dije: 'creo que puedo dirigir esto'. Nunca antes lo había dicho», recordó.

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