En principio, la bioserie Chespirito: Sin Querer Queriendo fue presentada como una forma de honrar el trabajo y legado de Roberto Gómez Bolaños, pero su nieta María Penella acotó que dentro de su familia han valorado también el lugar que le da a su abuela Graciela Fernández.

El programa no sólo mostró cómo el comediante creó a personajes como Chavo del Ocho, Chapulín Colorado y El Chanfle, también todo el esfuerzo de su primera esposa para sostener la vida del hogar y su dedicación absoluta a sus seis hijos.

Si bien la actriz de 28 años no sabe si a su abuela le habría gustado la posición tan mediática que ha ocupado las últimas semanas, ha disfrutado que el show le diera un rostro y su lugar merecido en la historia.

«El día que se estrenó la serie pasé por coincidencia a un lado de la iglesia en donde ella está descansando y le eché un chiflidito, así como de: 'Ay, abuela, hoy te voy a ver en otro plano, te mando muchos besos, te quiero mucho, te extraño'.

«Yo creo que a todas y a todos en la familia nos hacía falta volverla a abrazar. Cuántas familias no hay en México en las que las mujeres son la columna vertebral, es muy bello que además mis tías se puedan ver ahí también», dijo Penella, en entrevista.

El programa está basado en la autobiografía del comediante y fue producida por dos de sus hijos, Paulina y Roberto Gómez Fernández.

Apenas se estrenó en HBO Max el último episodio del programa, donde se mostró que los hijos de «Chespirito» siempre vieron con admiración su labor en la pantalla, algo que se extiende a sus nietos.

«Siento mucha alegría (de que pasen de nuevo los programas de Chespirito en televisión), los veo de vez en cuando, sobre todo cuando voy a comer a alguna fondita y lo tienen ahí puesto, es típico.

«Me da mucho orgullo volver a reír y, sobre todo, que las nuevas generaciones lo puedan ver. Mi abuelo era un hombre muy sencillo, a veces hasta pecaba de humilde. Creo que yo peco de lo mismo», expresó la hija de Marcela Gómez Fernández.

Penella ha seguido el legado artístico de su linaje y desde los 13 años comenzó a hacer teatro. Después se forjó en el exigente ritmo de las telenovelas y actualmente aparece en el melodrama Regalo de Vida, para el que aprendió a andar en motocicleta.

Aunque no es novata en la carrera, sí se considera una debutante en el cine, ya que apenas este año se estrenó su película más grande, 1938, sobre la expropiación petrolera, dirigida por Sergio Olhovich y en la que comparte créditos con Ofelia Medina, Damián Alcázar y Daniel Giménez Cacho.

También asistió por primera vez a un encuentro cinematográfico, el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF), para presentar el cortometraje del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) Año de Casados, historia de ciencia ficción de Pablo López Camargo.

«La experiencia con Olhovich fue única porque es un maestro del cine. A veces digo que la película era de época en todos sentidos porque era hacer cine a la antigua, con un peso y una gravedad alrededor del maestro. Fue muy satisfactoria de presenciar.

«Por otro lado, sí creo que las voces jóvenes son las voces de mañana, entonces es muy inspirador trabajar con personas que están empezando. También es muy refrescante y muy aleccionador, porque no conozco a persona que sepa más de cine que los compañeros del corto», compartió.

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