El deseo de acabar con el influyentismo, despilfarro y nepotismo han llevado a la chihuahuense Olivia Aguirre a ser una de las candidatas a ministra de la Suprema Corte
La abogada juarense Olivia Aguirre Bonilla, candidata a ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, considera corrupto y elitista el sistema de justicia en México, situación que la motivó a competir en este proceso inédito para que la población elija a sus juzgadores federales y estatales.
Doctora en derechos humanos, sin militancia en partidos políticos, pero con afinidad a las corrientes de izquierda, argumenta a favor de la reforma judicial debido al influyentismo, la corrupción, el nepotismo y el despilfarro de recursos en sueldos y prestaciones de los juzgadores.
Nacida en Juárez en 1986, de padres originarios de Las Nieves, Durango, Aguirre Bonilla es la única candidata chihuahuense al cargo de ministra del más alto tribunal del país; a pesar de ser joven, acumula 14 años de experiencia en el litigio y de conocer los tribunales desde el otro del escritorio de los jueces y juezas.
En entrevista exclusiva con El Diario, la abogada expone los retos que representa este proceso electoral para elegir a los juzgadores federales y estatales, así como de su visión de lo que debe ser el Poder Judicial, a partir de la reforma impulsada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador y la presidenta Claudia Sheinbaum.
Aunque limitada por los tiempos electorales del proceso de relevo judicial, dado que la campaña formal comienza el día 30 de marzo, Aguirre Bonilla expone cómo se forjó como mujer profesionista en Juárez y cómo ha conocido los tribunales desde el litigio.
No tiene carrera judicial ni experiencia en la labor de juzgar, dice, pero es precisamente eso lo que busca la reforma que llevó a la elección directa de jueces y juezas, para acabar con los vicios que por años han distinguido a la judicatura federal y estatal.
“¿De qué nos sirve a los mexicanos un magistrado, un ministro, con 40 años de experiencia en el Poder Judicial, que va a llegar a seguir con las mismas prácticas corruptas de siempre?”, cuestiona la litigante, quien critica, además, cómo el poder económico ha controlado al sistema de justicia y se ha convertido en un refugio de la derecha.
–¿De dónde surge Olivia Aguirre, cuál es su origen y su formación profesional?
“Soy de Ciudad Juárez, tengo ya38 años radicando, próximamente 39 porque ya este año cumplo 39. Mis papás son originarios Las Nieves, Durango, un pueblito que está cerquita de Parral. Y pues ya tenemos allá bastantes años en Ciudad Juárez.
“Ahí hice pues todos mis estudios, mi licenciatura en derecho la hice ahí en la UACJ y me seguí especializando en la academia. Empecé a dar clases cuando terminé mi maestría, me fui a hacer una maestría en derechos humanos a España. Regresé se me dio la oportunidad de entrar a la universidad a dar clases, se abrió una convocatoria para profesores y profesoras de tiempo completo y como ya tenía mi grado académico de maestra pude entrar como profesora investigadora de tiempo completo en la UACJ”.
–Además es litigante…
“Ahorita ya voy a cumplir 14 años como profesora investigadora de tiempo completo y pues a la par el litigio, nunca he dejado el litigio desde que egresé, siempre me gustó también esa parte, la práctica profesional. Litigo materia civil, familiar y amparo, obviamente por mis asuntos civiles y familiares y pues he intercalado esas dos áreas, la academia y el litigio como litigante independiente”.
–¿No tiene carrera judicial, ni experiencia en el sector público?
“No he trabajado en la función pública, no traigo carrera judicial y creo que eso es favorable porque uno de los puntos principales de esta reforma es renovar el Poder Judicial, que puedan entrar nuevas personas sin o con carrera judicial. Y también el tema de la edad es que se elimina en este caso de la Constitución, ya no hay los topes de edad que había.
“Entonces, López Obrador desde que empezó este tema de la reforma a mí se me quedó muy claro que él decía que quería que entraran los jóvenes, queremos gente joven en el Poder Judicial, darle oportunidad a nuevas generaciones, porque pues precisamente en el Poder Judicial, uno de los puntos conflictivos era el nepotismo, las formas para acceder muy complicadas. Yo no podría estar hoy en la boleta si esa reforma no se hubiera dado”.
–¿Pero conoce los tribunales desde este otro lado del escritorio?
“Sí, desde lo privado, como litigante conozco las fallas, no como funcionaria judicial, pero desde este otro lado, desde luego con otra visión muy diferente a la de los tribunales, porque generalmente uno no ve sus propias fallas como funcionario judicial, hasta que otras personas de fuera las observan. Sobre todos los litigantes exigimos mejorar la atención, claro, exigimos por nuestros representados, porque al final del día nosotros somos ese intermediario entre el acceso a la justicia de las personas que representamos, ante ese otro lado de quienes deben dar acceso a la justicia, la que al final termina medias o nunca llega”.
–Sería una obviedad preguntarle si está a favor de la reforma judicial. Pero, ¿por qué considera que era necesaria esa reforma?
“Bueno, uno de los problemas que tiene el Poder Judicial, es la corrupción. La injusticia viene desde adentro y pues hay muchos operadores de justicia que lamentablemente ahorita están todavía en el sistema y esas prácticas siguen vigentes. Y no digo nada más en el sistema federal sino también en el estatal.
“Así, era necesaria totalmente la reforma. Había muchos casos de injusticias, de falta de acceso sobre todo a los que menos tienen. Muchos se dice que la justicia le llega a las personas que más tienen. ¿Por qué? Porque
precisamente quienes menos tienen son los que no acceden a la justicia, porque la justicia es elitista, hay que decirlo. Sí es así, una persona de escasos recursos que trae un asunto, no sé, del orden civil, pues no hay defensores públicos que atiendan a todos los casos de personas de escasos recursos.
“En ocasiones esas personas tienen que costearse pues buscar un abogado, abogada que lleve su proceso y enfrentar todo, todo lo que es un juicio, que no es gastarte mil pesos, es enfrentar todo un proceso judicial contra, inclusive, el mismo aparato judicial, que es el mismo que al final es el que te pone las trabas para acceder a la justicia.
“Pienso que quien menos tiene es el que ha batallado para acceder a la justicia; la justicia no era para todos y menos para los que menos tienen. A eso hay que sumarle la corrupción dentro del Poder Judicial, el nepotismo y el influyentismo que se da. Incluso la misma ministra presidenta, Norma Piña, señaló que más de un 60 por ciento de su personal eran familiares.
“Y también el otro tema es el despilfarro de los recursos y son recursos públicos. ¿Por qué digo despilfarro? Porque tienen sueldos exorbitantemente altos, más todas las prestaciones adicionales. Si uno ve la tabla de prestaciones ordinarias y extraordinarias de los ministros, de los magistrados, de los jueces de distrito, tienen hasta para vestimenta, tienen chofer, tienen como unos 10 seguros de gastos médicos mayores para determinada situación. Un seguro de riesgo que les da medio millón de pesos anuales a cada ministro y ministra.
“Y ese seguro de riesgo lo tienen también los magistrados, lo tienen los jueces de distrito. Y eso nunca se había transparentado, se empezó a transparentar a partir de que López Obrador dice que hace falta una renovación del Poder Judicial. Así es como supimos cuánto ganan, cuáles son sus prestaciones, porque al final del día somos nosotros quienes estamos pagando esos sueldos. Y no es justo, no es justo que la justicia sea elitista y que la
justicia realmente no llegue a quien a quien debe llegar: a todos, a todos por igual. No digo que no deba llegar a las personas que tengan más ingresos, pero sí debe llegar a todos de manera igualitaria y no está llegando”.
–Pues, de hecho, en el ramo penal, casi no hay ricos en la cárcel, son casi todos pobres… y eso porque no les alcanza para pagar un abogado…
“De hecho, ahorita tenemos un problema gravísimo con el tema de las personas que están en prisión preventiva y que no han sido sentenciadas. Hay un mundo de personas que tienen años en prisión preventiva y que no han sido sentenciadas. Entonces, ¿para quién es la justicia? ¿Para los que tienen o para los que más tienen? ¿Y los que menos tienen? Y los que están ahí en prisión preventiva, pues generalmente son personas de escasos recursos. No siempre, pero sí hay un número muy elevado de personas que enfrentan su proceso en prisión.
“No significa que la prisión preventiva no se deba dar, sino a lo que voy, es que ese acceso a la justicia tiene que cumplir las etapas del proceso. Y una de las etapas del proceso es emitir una resolución, ya sea absolutoria o condenatoria. Y mientras tanto, pues te tienen años esperando su proceso.
“Eso también es una violación de derechos humanos para la persona procesada, la que está siendo imputada por un delito y que no ha sido sentenciada”.
–Y así tenemos las prisiones en todo México. Pero la reforma, tal cual está planteada, sacude políticamente la estructura del Poder Judicial, ¿pero sí ayuda a cambiar esos vicios?
“Claro, al menos yo cuando vi la reforma, a mí me pareció buena. Yo sí tengo la esperanza de que sea una reforma que venga a cambiar la estructura. En el caso del Poder Judicial Federal vamos a tener la renovación en dos etapas, en 2025 se renueva el 50 por ciento y en 2027 el otro 50. Esos cambios los vamos a estar viendo, pues, conforme vayan entrando las nuevas personas.
“Claro que hay una visión distinta también, al menos de las personas que nos registramos para aspirar a estos cargos, pues si hay un tema de vocación y hay un tema de servicio público que creo que está implícito. Porque también tiene que ver el sueldo. Ya no estamos manejando los sueldos exorbitantes que tiene ahorita un funcionario del Poder Judicial Federal.
“En este caso bajan los sueldos, se quitan las prestaciones, entonces también ahí en el tema de los sueldos. A veces dicen que quienes quieren entrar lo hacen por eso, pero no, los sueldos son por debajo de los actuales, se quitan todas las prestaciones exageradas que tenían, se quedan con las prestaciones básicas que tiene cualquier trabajador de gobierno federal, lo normal. Entonces siento que también aquí el tema de la motivación por la que uno como aspirante se registra tiene mucho que ver el servicio público”.
–¿Y qué, en concreto, la anima a Usted a participar, a inscribirse para este proceso?
“Creo que puedo ser una promotora de este cambio en la justicia. Pienso que puedo abonar a la justicia constitucional, sobre todo desde mi perfil, porque mi perfil realmente no ha sido un perfil político. Nunca he estado propiamente en la política, ocupando algún cargo público. Creo que traigo un perfil como doctora en derechos humanos, pues ad hoc y afín precisamente a este cargo de ministra de la Suprema Corte de Justicia, que es precisamente ver los temas de derechos humanos y de interpretación de la Constitución como el tribunal más alto de nuestro país, el máximo tribunal de justicia.
“Pienso que mi perfil abona en la construcción de este cambio de paradigma de la justicia mexicana, porque yo siempre he dicho que a partir de la reforma va a haber un antes y un después; ya no va a ser la misma justicia que teníamos antes de la reforma. Y ese compromiso, precisamente, al menos de mi parte, es la visión que tengo de transformar el Poder Judicial para mejorarlo y llegue a todos”.
–¿Qué piensa de los argumentos que consideran que este cambio ni era necesario ni va a mejorar el acceso a la justicia?
“Es que el Poder Judicial debe ser para todos y eso es algo que no se ha entendido. El Poder Judicial, y más el federal, se tenía como en una burbuja. Los ciudadanos ni siquiera sabían dónde estaban los tribunales federales, no sabían qué hacía la Suprema Corte. Todo se manejaba desde la cúpula y es precisamente lo que cambia esta reforma”.
–¿Y cómo combate el argumento de quienes, desde la oposición política, dicen que no va a servir para nada que llegue gente sin carrera judicial, que van a llegar puros morenistas?
“Bueno, eso de que los que no traen carrera judicial, pues bueno, no es un requisito indispensable. La Constitución, si hubiese sido así, lo hubieran puesto como uno de los requisitos para los que se quieran inscribir. “Ellos, pues, lo que argumentan es el tema de la experiencia, la experiencia de quienes traen carrera judicial.
“Pero yo lo que les digo es, bueno, ¿queremos una persona con experiencia con las mismas prácticas de corrupción. O sea, porque si eso es lo que queremos, pues entonces que se queden los mismos, ¿no?
“¿O queremos realmente renovar. El hecho de que llegue yo sin experiencia en el tema de carrera judicial, no quiere decir que no sea una persona competente y apta para ejercer ese cargo. Porque mis grados académicos me respaldan, mi litigio, mi experiencia en el área de litigio, la investigación científica. Creo que mis credenciales me posicionan en un nivel con suficiente conocimiento de las leyes.
“Creo que las credenciales de cada uno de los candidatos y candidatas que aspiren a estos cargos, también los respaldan y eso también los posiciona como personas capacitadas para ejercer la función judicial.
“¿O nadie de los que no traen carrera judicial no pueden desenvolverse de forma óptima en un puesto judicial?.
Claro que sí, está mejor porque venimos sin esas prácticas internas. Venimos con esa visión del servicio público. Sin esas prácticas de corrupción.
Porque, ¿de qué me sirve tener un magistrado, un ministro que tiene años en funciones, que tiene guardado el expediente Salinas Pliego (propietaro de Televisión Azteca, con años de litigio para no pagar un adeudo millonario que le reclama el Servicio de Administración Tributaria SAT) por años en su gabinete.
“¿De qué nos sirve que esa persona tenga tantos años de carrera si realmente no está impartiendo justicia?”
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