Chihuahua, Chih.- En un contexto de violencia por enfrentamiento entre grupos antagónicos, con un ejecutado vestido con ropa táctica apenas ayer -vestigio de la guerra existente en el lugar-, en completo hermetismo y bajo un fuerte dispositivo de protección, este martes tendrá lugar en Guadalupe y Calvo la Mesa de Seguridad con presencia de los titulares de los cuerpos policiales y militares de Chihuahua, bajo la coordinación de la gobernadora Maru Campos.

En la mesa estarán además el general de la 42 Zona Militar, Alejandro Gutiérrez Martínez; el fiscal general César Jáuregui y el secretario de Seguridad Pública (SSPE), Gilberto Loya, así como los mandos de la Guardia Nacional (GN).

La violencia en el poblado localizado en la Sierra Tarahumara, no ha cesado desde hace ya poco más de tres semanas, lo que ha provocado parálisis en la actividad económica, comercial y turística, con un temor generalizado provocado por las balaceras que inclusive han dejado comunidades en calidad de pueblos fantasmas a merced de los grupos criminales.

Desde la semana pasada los enfrentamientos entre dos grupos delictivos se intensificaron, ya que al inicio las balaceras eran en los cerros, pero los sicarios ahora están enfrentándose en el pueblo, situación que ha empeorado las condiciones en esta zona del estado.

Oficialmente, la Fiscalía General del Estado (FGE) cuenta hasta el momento en estas tres semanas con cuatro muertos, pero a decir de los pobladores la cifra pudiese ser mucho mayor, ya que las autoridades no llegan hasta los cerros donde iniciaron los enfrentamientos.

De acuerdo a información vertida por las autoridades, esta zona es el principal bastión del grupo Gente Nueva, que lleva años siendo atacado por La Línea. Sin embargo, es la primera vez que los sicarios de esa organización entran a la cabecera municipal de Guadalupe y Calvo y atacan a sus oponentes, causando la ola de terror que está dejando cada vez más solos a los poblados aledaños, incluso a la cabecera municipal.

La alcaldesa, Ana Laura González Ábrego, decidió cerrar la alcaldía luego de los primeros días de enfrentamientos, resguardándose en su domicilio y solicitando a la población hacer lo mismo, aunque ella fue custodiada por militares de la Guardia Nacional.

Testigos aseguran que el grupo delictivo “La Línea”, del Cártel de Juárez, entró a la cabecera municipal con más de 150 hombres armados, aparte de los que dejó vigilando las entradas, para desplazar a los del grupo Gente Nueva, brazo armado del Cártel de Sinaloa.

Las balaceras comenzaron en los cerros de los poblados de Dolores, El Pinito y El Zorrillo, cerca de la cabecera municipal, con un enfrentamiento que ha ocasionado la huida de muchas familias de estos pueblos, y con reporte de saqueos por parte de integrantes de la Guardia Nacional y de la Secretaría de la Defensa Nacional.

En este marco de violencia, los habitantes deben soportar los continuos apagones de energía eléctrica y falta de comunicación en las redes de telefonía móvil, que en ocasiones han llegado a durar hasta dos semanas.

Hay quejas de proveedores comerciales que tienen miedo de entrar al pueblo por la presencia de sicarios vigilando y robos en los camiones de carga, lo que ha provocado escasez de productos.

La ola de terror en esta zona, comenzó a finales del 2024 y principios de este año con el hallazgo de tres personas colgadas en el arco de bienvenida de Guadalupe y Calvo, presuntamente integrantes del Cártel de Juárez; el primero fue un joven de 19 años identificado como Ángel Bustillos, localizado el 29 de diciembre.

Luego, dos días después, otros dos cuerpos fueron encontrados el primero de enero en la entrada a dicha localidad, siendo identificados como Javier Ángel González Chaparro, de 42 años, originario de Llano Grande, y Bonifacio Ruiz Almanza, de 32 años, oriundo de Palos Muertos.

En la espalda de uno de los cadáveres, los asesinos dejaron una cartulina en la que amenazaban a sus rivales con hacer una limpia. “Feliz Año Nuevo”, decía al final.

Desde entonces los enfrentamientos y ejecuciones no han cesado, incluso los sicarios en guerra implementaron un novedoso ataque con drones, con los cuales fue confrontado el convoy en que viajaba el comandante de la 42 Zona Militar, general Jorge Alejandro Gutiérrez Martínez, con saldo de cuatro lesionados.

Otro suceso fue el atentado en contra del sacerdote Lorenzo Medina y la presidenta seccional de Dolores, Manuela Armenta, quienes fueron heridos de bala mientras viajaban por un camino rural. El incidente ocurrió cuando iban a San Francisco de los Salgueiro a Dolores.

Desde entonces la ola de violencia no ha cesado en Guadalupe y Calvo.

Hace poco más de tres semanas, los ataques entre ambos grupos delictivos habían sido intermitentes, pero desde el pasado miércoles dos de julio las balaceras han sido continúas llegando a la mancha urbana.

En medio de este caos, la denominada Mesa de Seguridad llegara mañana al pueblo en donde pretenden delinear estrategias para terminar con la ola de terror que azota Guadalupe y Calvo.

Tanto el fiscal César Jáuregui, como el secretario general de Gobierno, Santiago De la Peña, confirmaron a principios de la semana pasada el encuentro.

Fueron solicitados detalles de la misma a las áreas de comunicación, pero al cierre de la edición no fueron proporcionados.

Una reunión similar fue realizada en diciembre del año pasado en Guachochi, una zona igual de conflictiva a donde acudieron los mandos de policía y milicia, encabezados por la gobernadora Maru Campos, bajo un fuerte dispositivo de seguridad como el esperado de mañana.

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