Casas Grandes.- A unos 290 kilómetros de Ciudad Juárez, el Valle de Paquimé se ha consolidado como una de las zonas vitivinícolas más prometedoras de México. Ubicado en Casas Grandes, este rincón del noroeste chihuahuense ha logrado transformar su tradición agrícola en una oferta enológica.
El clima del valle, con días cálidos y noches frescas, ha resultado un aliado natural para el cultivo de la vid. Estas condiciones, sumadas a los suelos fértiles y al esfuerzo de productores, han permitido el desarrollo de vinos con características que despiertan el interés de especialistas y aficionados.
Los proyectos vitivinícolas no sólo buscan producir botellas de alta calidad, sino crear experiencias que integren turismo, gastronomía y cultura. De esta manera, Casas Grandes se ha perfilado como un destino de enoturismo, aprovechando su cercanía con la localidad y urbes de Estados Unidos.
Uno de los protagonistas de este auge es el viñedo La Turbina. Uriel Vázquez, su director general, contó que con mucho trabajo han logrado una producción diversificada. Con una superficie total de dos hectáreas y media, albergan nueve variedades de uva con las que han dado vida a su vino.
“La verdad es que es muy gratificante, sin embargo, no lo voy a negar, es muchísimo, muchísimo trabajo. Somos un proyecto vitivinícola, no sólo producimos vino, sino que producimos la uva también. Hacemos todo el trabajo, desde el campo hasta que llega a las botellas”, dijo.
Aceptó que es un reto. El consumo anual de vino en el país es de sólo 1.5 litros por persona, por lo que frente a bebidas como la cerveza, con 64 litros per cápita, o los refrescos, que superan los 120 litros, el vino es un gusto minoritario, aunque con un mercado creciente.
Vázquez resaltó que nueve de cada 10 clientes provienen de Ciudad Juárez, pero la visión es atraer visitantes de todo Chihuahua y del extranjero, pues la ubicación de Casas Grandes, a unas tres horas de trayecto desde la frontera, permite que el flujo de turistas internacionales sea una oportunidad tangible.
“La verdad es que el vino es todavía un paladar muy diferente, las características son muy distintas, no estamos tan acostumbrados, pero sí les pido que se den la oportunidad de probar el vino mexicano. No es todavía parte de nuestras mesas, pero ya vamos conociendo sus bondades”, dijo.
Una década de evolución
Otro actor importante es el viñedo de Casa Élica. Con una década de experiencia, cuenta ya con cinco hectáreas cultivadas de Cabernet Sauvignon y Merlot. Además, ha innovado con la producción de una grapa, que define como un destilado de vino de alta graduación para el público curioso.
César Elizalde, dueño del viñedo, dijo que se han logrado consolidar en el mercado gracias al interés creciente de visitantes que viajan desde este municipio y buscan una experiencia distinta. Su evolución, de las primeras plantaciones a la comercialización, refleja la madurez de la industria.
“Ya llevamos 10 años. En 2025 se plantaron las primeras Cabernet Sauvignon y ahorita ya estamos en nuestra quinta botella. Diez años ya de diferentes botellas y ahorita ya en este tiempo se ha consolidado mucho la empresa, y sobre todo está habiendo ya mucho mercado”, expresó.
Uva de calidad
A 15 minutos de la cabecera municipal de Casas Grandes está el viñedo K’Loco. Con siete años de experiencia, cultivan mil 500 plantas de Shiraz y 500 de Cabernet Sauvignon. Aunque su distribución es directa en el propio rancho, este modelo ha creado un vínculo cercano con sus consumidores.
“Hemos visto que ha habido un auge en estos últimos años, a la gente le interesa más y vemos que sí se da también buen vino en esta región. Los invito a que vengan a probarlo, es una zona privilegiada por los climas. Están saliendo muy buenos vinos”, dijo Luis Reyes, representante.
Vendimias, un atractivo turístico
El auge vinícola no se limita a la producción. La región ha sabido convertir sus vendimias en un atractivo turístico de gran escala. La Fiesta de la Vendimia del Valle de Paquimé forma parte de un calendario estatal que se extiende por dos meses y medio, en el que participan varios viñedos.
La Turbina es uno de los escenarios principales de estas celebraciones. Sus instalaciones reciben a cientos de visitantes que recorren los viñedos y participan en catas guiadas. Esta interacción directa entre productores y público ha sido clave para fortalecer una cultura del vino en esta región.
Julio Chávez, director del Fideicomiso de Promoción Turística del Estado de Chihuahua, manifestó que el impacto de este movimiento ha llevado a Chihuahua a convertirse en sede de eventos de prestigio. En noviembre, esta entidad será anfitriona del concurso Mexico Selection, puntualizó.
Aseveró que el Fideicomiso de Promoción Turística “Ah, Chihuahua” ha jugado un papel central en la difusión de este destino. Su estrategia incluye campañas en países como España, Alemania, Reino Unido, Canadá, Estados Unidos y Colombia, además de promoción en la propia Ciudad de México.
“Estamos muy contentos. Todo esto se debe a que Chihuahua ha ido evolucionando y se ha hecho protagonista de los vinos a nivel mundial.
Todos estos microclimas del estado han beneficiado muchísimo a la calidad de la uva, y por supuesto a todos los empresarios vinícolas”, manifestó.
Agregó que las proyecciones para esta temporada son optimistas. Se espera que más de 600 mil personas visiten las vendimias en todo el estado, generando una derrama económica significativa. Casas Grandes, por supuesto, con su oferta vinícola, se encuentra entre los beneficiados directos.
La integración del vino a la identidad local ha sido progresiva, reconoció Chávez. A esto, enfatizó, se suma el interés de visitantes que no sólo buscan vinos de calidad, sino también experiencias completas: recorridos por los viñedos, hospedaje en cabañas, maridajes y contacto con la cultura.
Resaltó que el Valle de Paquimé vive un gran momento, ya que su combinación de innovación y vocación lo posiciona como uno de los orgullos de Chihuahua. Sólo a pocas horas de esta frontera, sus vinos invitan a descubrir un sabor que nace en esta tierra y se perfecciona dentro de una copa.