Chihuahua— Información oficial de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE), a la que El Diario tuvo acceso, revela que 10 elementos policiales fueron rodeados por más de 80 miembros del crimen organizado que los desarmaron, hincaron y golpearon el pasado domingo en la comunidad Catedral, municipio de Guadalupe y Calvo.
El vocero de la SSPE, Jorge Armendáriz, reconoció ayer que hubo un incidente entre policías estatales y hombres armados en dicho lugar; sin embargo, no brindó detalles sobre la agresión a los agentes.
El portavoz narró que un grupo de elementos destacamentados en Guadalupe y Calvo iba de regreso a Parral para hacer cambio de turno; posteriormente avistaron, a la altura de Catedral, un vehículo Jeep de color gris con tres personas armadas, uno más que llevaba equipo de radiocomunicación y una mujer que tenía dispositivos para tomar fotos y video.
Estas personas, añadió, solicitaron apoyo de más civiles armados; al lugar llegaron hasta 20 unidades con 80 individuos que rodearon a los policías.
Al verse sin capacidad de fuego para hacerles frente, los uniformados se replegaron al municipio de Parral para evitar ser víctimas de un atentado y dar aviso de lo ocurrido.
Armendáriz manifestó que a raíz de este evento, la SSPE con apoyo de la Fiscalía General del Estado (FGE), Guardia Nacional y la Secretaría de la Defensa Nacional desplegó un operativo terrestre y con drones de la Dirección Logística para dar con los agresores.
No obstante, datos a los que esta casa editora pudo acceder exhiben que los policías no sólo fueron rodeados por 80 miembros de un grupo criminal, sino que también fueron desarmados, obligados a tirarse al suelo y golpeados.
Apenas cinco minutos…
Según la narrativa del reporte, al llegar a Catedral, los cuatro hombres y la mujer que estaban en el Jeep corrieron hacia la maleza, por lo que los elementos descendieron de sus unidades y les pidieron que bajaran las armas, a lo que hicieron caso omiso y además pidieron apoyo mediante los radios que portaban consigo.
Acto seguido accedieron a la petición de los policías y se acercaron a dialogar con ellos de manera pacífica. Quien portaba el radio dijo ser hijo de “El 35” –identificado como Ventura Corral Félix–, al que señaló como encargado de la zona serrana desde Parral hasta el municipio de Guadalupe y Calvo.
Tras este intercambio y habiendo trascurrido apenas cinco minutos, llegaron 20 vehículos con blindaje artesanal y artillados, de los que descendieron cerca de 80 hombres fuertemente armados y con equipo táctico, quienes de inmediato apuntaron a los agentes y comenzaron a golpearlos en el rostro y el cuerpo.
Superados en número, los policías tuvieron que dejar sus armas y colocarse primero de rodillas y luego boca abajo, con la amenaza de que los matarían por orden de “El 35”.
Los agresores los subieron a las bateas o cajas de las camionetas, desarmados y con las manos amarradas, para luego ser llevados hasta el poblado de San Pedro de Chinatú, ubicado a poco más de cuatro kilómetros.
Durante el trayecto, los agentes fueron videograbados por sus captores, mismos que finalmente se detuvieron en una brecha y de nueva cuenta los golpearon, despojándolos además de todas sus pertenencias, incluyendo equipo táctico, armamento, radios, teléfonos celulares y hasta dinero en efectivo.
Sin embargo, tras dialogar con el presunto jefe de plaza, los sicarios accedieron a regresarles sus cosas y llevarlos hasta Guadalupe y Calvo, aunque en la comunidad de Turuachi, a la altura de la Comandancia Municipal, otro grupo de 50 personas armadas en 10 vehículos les marcaron el alto, pero finalmente los dejaron pasar.