El presidente Trump habló repetidamente de un anuncio futuro, «uno de los anuncios más importantes que se han hecho en muchos años sobre un tema determinado», durante una reunión en la Oficina Oval el martes con el primer ministro de Canadá, Mark Carney.
Nunca dijo de qué podría estar hablando, o a qué tema «muy importante» se refiere, solo sugirió que se haría antes de que parta para un viaje a Medio Oriente la próxima semana. Pero incluso el momento del gran anuncio difuso, y Trump dijo que «se hará el jueves, el viernes o el lunes».
«Tendremos que hacer un anuncio muy, muy grande. Como lo más grande que hay. Y no les diré en qué», dijo Trump, antes de agregar que «es muy, muy positivo».
El curioso episodio fue un ejemplo particularmente pronunciado de la espectacularidad de Trump, que ha ejercido en sus campañas y presidencia para captar y mantener la atención de los medios sin proporcionar realmente noticias sustantivas.
Desde el comienzo de su primer mandato, Trump, por ejemplo, bromeaba con los planes, las políticas y los plazos que vendrían en «las próximas dos semanas». Y hace un mes, Trump dijo que los aranceles a los productos farmacéuticos extranjeros se anunciarían «muy pronto». El lunes, Trump revisó ese cronograma a «durante las próximas dos semanas».
Trump tiene la costumbre de adelantar las noticias y luego retrasarlas, como las promesas de su administración de nuevos acuerdos comerciales, o plantear repetidamente un posible anuncio antes de pasar a un nuevo tema, o simplemente no volver a mencionarlo. La «Semana de la Infraestructura», un evento de la primera administración Trump destinado a asegurar fondos para la construcción de carreteras y puentes, se convirtió en una broma recurrente en la capital de la nación, y el esfuerzo no llegó a ninguna parte antes de que el presidente Biden aprobara un proyecto de ley de infraestructura de 1 billón de dólares.