Los hospitales y clínicas de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) enfrentan un conflicto legal protagonizado por dos empresas del llamado «Cártel de los Chupasangres», las firmas que por años han monopolizado los servicios de laboratorio y análisis para el sector público.
El pasado 10 de julio, Sedena asignó un contrato de hasta mil 222 millones de pesos a un consorcio de tres empresas para proveer insumos, reactivos y material de laboratorio a los hospitales militares hasta julio de 2027. Unas de las ganadoras fue Instrumentos y Equipos Falcon.
El llamado Cártel de los Chupasangre es un conjunto de empresas proveedoras del sector salud especializadas en laboratorios clínicos, bancos de sangre y servicios relacionados, que fue sancionada por la Cofece en 2020 con una multa por 626 millones de pesos por prácticas monopólicas, colusión, reparto ilícito de contratos y simulación de competencia en licitaciones para el sector salud.
Entre las empresas coludidas estaban Centrum, Falcon, Dicipa, Selecciones Médicas del Centro, entre otras, y la indagatoria se realizó a partir del expediente clave DE-011-2016 de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), iniciado con denuncias del IMSS sobre licitaciones hechas entre 2008 y 2015.
Menos de dos meses después, la Sedena rescindió este contrato por supuestos incumplimientos del consorcio, y el 8 de septiembre, adjudicó directamente uno nuevo a un grupo en el que participa Centrum Promotora Internacional, que cobrará hasta mil 144 millones de pesos, que fue el monto que ofertó en la licitación de julio.
Falcon y sus socias, VE + S.A.P.I y Laboratorio Médico Tadeo, no se conformaron.
El pasado 9 de septiembre promovieron un amparo, y el 12, un juez federal les concedió una suspensión provisional, que impediría concretar la rescisión de su contrato e implementar el de Centrum.