Querida Hija,

A tu corta edad vienen a mí ideas sobre el futuro, y es que es inevitable que, como tu padre, mientras más pasa el tiempo, el ineludible correr de las horas y los días germinen en mi cabeza sobre lo que te depara en tu porvenir.

Naciste en una época donde la reflexión y el pensamiento crítico han tomado las riendas de esta sociedad y han tejido una fuerte memoria sobre la trascendencia que, como mujer, tienes y que es imperativo prevalecer.

No importa en qué momento llegues a leer este texto, lo verdaderamente significativo es que sepas que hoy, la historia está construyendo un mejor camino para ti y millones de mujeres. Esta ciudad que te vio nacer es cuna de grandes luchadoras, fuertes, valientes e inteligentes que han convertido el dolor en acciones, el miedo en exigencias y la injusticia en una bandera de lucha. Y es que en este andar hija, no podemos ser solo espectadores.

Vas a escuchar hablar de algo que se llama feminismo, y en sus diversas expresiones, ha sido objeto de interpretaciones divergentes. Autoras como Nuria Varela y Bell Hooks, han demostrado que esta corriente no es un monolito uniforme, sino un conjunto de teorías y prácticas encaminadas a la justicia social. Su importancia radica en que, lejos de ser una lucha exclusiva, interpela a toda la sociedad sobre la urgencia de erradicar desigualdades estructurales.

El reconocimiento del 8M como un día de lucha debe ir acompañado de acciones sostenidas. La erradicación de la violencia estructural contra las mujeres no es una tarea exclusiva de los movimientos feministas, sino un compromiso de toda la sociedad. En este sentido, la educación y la sensibilización juegan un papel crucial para transformar las relaciones de poder y construir un mundo donde la equidad no sea una consigna, sino una realidad cotidiana.

La lucha por la justicia y la igualdad de derechos requiere la participación de toda la sociedad, incluyendo a los hombres como críticos, dispuestos a cuestionar estructuras y a reconocer los privilegios que les han sido concedidos en un sistema patriarcal.

En este sentido, Ciudad Juárez ha sido un epicentro del activismo contra la violencia de género. Asociaciones civiles, organismos públicos y colectivos han desarrollado estrategias para visibilizar y combatir la violencia feminicida, el acoso laboral y callejero, así como la precarización de la vida de las mujeres. La Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) es consciente de la necesidad apremiante de atender y erradicar todos los tipos de violencia, por lo que en su papel de institución formadora, a través de sus programas de licenciatura y posgrado, no solo forma profesionales con perspectiva de género, también impulsa investigaciones, foros y políticas institucionales que fomentan el acceso a la justicia y la protección de los derechos de las mujeres.

Instancias como la Defensoría de los Derechos Universitarios, la Unidad de Género y el Bufete Jurídico Universitario son valuarte del esfuerzo de todas y todos por generar espacios donde estudiantes y docentes trabajen para garantizar que la igualdad de género no sea solo una aspiración, sino una realidad tangible.

Más allá de romantizar el discurso feminista, los aliados acompañamos la lucha de nuestras propias mujeres. Quienes escribimos abordamos el tema para visibilizarlo, los maestros lo discutimos en clase, los artistas en el escenario y el lienzo. Que en este 8M no quede tribuna alguna sin que se escuche el discurso de equidad que garantice condiciones justas y el piso parejo para nuestras hermanas, nuestras madres y nuestras hijas.

Regina: Quiero que sepas que la igualdad no es un favor concedido. Como tu padre seré aliado y estaré luchando a tu lado por romper las barreras que injustamente te hemos negado por un privilegio mal fundado. En este universo de ideas, caminaré a tu lado.

Con Amor.

Tu Padre.

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