En estos momentos en que se pudiera generar una crisis económica y social derivada de la aplicación de aranceles por parte del gobierno norteamericano, es cuando más unida y fortalecida debería estar el sector empresarial juarense. Sin embargo, eso no ocurre en estos momentos. Al contrario, parece que es cuando más débil y carente de efectividad y representatividad se encuentran muchos organismos de la iniciativa privada.
Desafortunadamente, la clase empresarial trasciende y se da a conocer más por los escándalos en los que se ve inmiscuida que por los avances y el desarrollo del gremio.
Son muchos los desafortunados casos que ejemplifican lo antes mencionado, pero sin duda sobresale el penoso asunto donde se ven involucrados miembros de la familia Bermúdez. Ellos son empresarios relacionados con la industria maquiladora en esta frontera desde hace muchos años. Un incidente no reciente, presuntamente en contra Lázaro Flores, otro conocido empresario juarense, los tiene en serios aprietos y con la imagen de la familia por los suelos. Luego también se ha sabido de los problemas en los que se han metido varios empresarios por su comportamiento en los puentes internacionales. Su necedad de intentar meterse en las filas de autos que cruzan los puentes, utilizando incluso a sus guaruras los tiene también del otro lado de la ley.
Ya son varios importantes empresarios que son sancionados tanto de lado mexicano como por autoridades de la Unión americana. Pero a pesar de eso y de que son difundidas las imágenes de estos incidentes viales en las redes y en los medios de comunicación, parece no importarles y siguen de abusones.
Luego tenemos el caso de la Cámara Nacional de Comercio delegación Juárez, donde en unas cuantas semanas habrá elecciones. El problema en Canaco es que la actual dirigencia encabezada por la empresaria Elizabeth Villalobos busca reelegirse en medio del descredito y el divisionismo. Solo que no va sola y ya otros dos reconocidos empresarios levantaron la mano para decir que ellos y sus planillas también van.
Se trata de los empresarios Raymundo Domínguez y de Iván Pérez quienes buscan regresarle el dinamismo y la buena imagen que este importante organismo empresarial tenía y que en muy poco tiempo se ha perdido. Restablecer la buena relación con autoridades de las tres esferas de gobierno tiene que ser otra de las prioridades de quien dirija la Canaco después del caos dejado por los actuales dirigentes.
Pero las cosas no terminan ahí para el sector empresarial de esta frontera. Un medio impreso de circulación nacional recientemente publicó un reportaje en donde se involucra a empresas y familias dedicadas al sector energético en malos manejos financieros y en otras presuntas irregularidades.
Y precisamente malos manejos en las finanzas del club Campestre y un quebranto patrimonial es lo que han denunciado infinidad de empresarios que son socios de este club. En otros organismos cúpula de esta frontera las cosas no se encuentran muy diferentes. Y eso es preocupante porque es en estos momentos tan complejos y coyunturales para el país, pero especialmente para la franja fronteriza, cuando se requiere tener un sector empresarial unido y fortalecido.
Lo que pusiera pasar con relación a la aplicación de aranceles debería tener al Consejo Coordinador Empresarial CCE de esta ciudad ocupado buscando soluciones y alternativas para la crisis que en breve pudiera estar resintiendo esta frontera y sus habitantes.
De hecho, aunque no ha entrado la aplicación de aranceles y ya ha provocado estragos y afectaciones a la industria maquiladora. No se quiere reconocer por las autoridades, pero ya se percibe una desaceleración en la economía de ciudad Juárez. Y es que esta incertidumbre de lo que pueda pasar no le hace nada bien al sector maquilador y ya ha provocado serias afectaciones.
Pero la industria maquiladora no es la única afectada. Los planes para desarrollo y crecimiento, así como proyectos de expansión y de inversión de muchas empresas locales están detenidos por falta de certeza jurídica y confianza para el inversionista.
Grandes, medianos y pequeños empresarios juarenses están deteniendo, posponiendo o de plano cancelando futuras inversiones hasta no ver reglas del juego más claras. Todo esto provoca una desaceleración en la economía de la frontera.
Así que ante un panorama incierto se requiere la unión de los empresarios y su compromiso para aportar soluciones para los grandes retos que esta ciudad seguramente enfrentara. Juárez debe estar preparado para los peores escenarios pero siempre esperando lo mejor. Ese es el gran reto del sector empresarial de ciudad Juárez y se necesita que estén a la altura de las circunstancias.