Por primera vez en la historia, llega desde Roma a nuestra ciudad la reliquia de San Judas Tadeo

Ciudad Juárez ha sido testigo de momentos que reafirman nuestra identidad como una comunidad de fe. Hace apenas un año, las reliquias del beato Carlo Acutis llegaron a esta frontera. Aquel joven, fallecido a los 15 años, utilizó la tecnología para difundir el amor a la Eucaristía y se convirtió en símbolo de espiritualidad contemporánea. Actualmente está en proceso de ser canonizado.

Hoy, un nuevo capítulo de esperanza y devoción se escribe con la llegada, por primera vez en la historia de Ciudad Juárez, de la reliquia de primer grado de San Judas Tadeo, uno de los doce apóstoles de Jesucristo y patrono de las causas difíciles y desesperadas.

Este sagrado testimonio, un fragmento de su antebrazo, resguardado en Roma, llega a nuestra frontera como signo de consuelo y fe para una sociedad como la juarense, que pese a la adversidad, sigue creyendo en lo imposible.

“No podemos permanecer indiferentes ante esta presencia significativa de Dios”, dijo el obispo José Guadalupe Torres Campos, al recordar que San Judas fue testigo directo de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.

Su llegada no es solo un acto católico, sino que es una invitación a encender la esperanza, a presentar nuestras intenciones y a unirnos como Iglesia y comunidad en oración por nuestra ciudad, nuestras familias y nuestros gobernantes.

Habrá quienes miren con escepticismo esta manifestación de fe, y es válido.

La libertad de creencias es un cimiento de la sociedad. Pero también es digno de respeto el camino de quienes, a través de la espiritualidad, buscan ser mejores ciudadanos.

Recordemos que sembrar esperanza, orar por Juárez y caminar hacia la paz no debería ser motivo de división, sino de encuentro.

La invitación es clara: acudamos con respeto y devoción.

Llenemos la iglesia no solo con nuestra presencia, sino con nuestro anhelo de transformación colectiva.

Que esta jornada única sea una oportunidad para reencontrarnos con la fe, la unidad y la posibilidad de creer que, aún en tiempos oscuros, lo imposible puede suceder.

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