“Por el bien de México, primero los pobres” fue el slogan de campaña de AMLO desde 2006, proponiendo, entre otras cosas, el alza al salario mínimo y la entrega de apoyos sociales a los más vulnerables: adultos mayores, discapacitados, madres solteras e indígenas (además de becas a estudiantes y apoyos a jóvenes y campesinos).
Aún recuerdo esa campaña cuando los que creíamos en su proyecto de nación dibujado desde ese año (estuve en el Zócalo después del fraude electoral cuando nos arengó a no desanimarnos, que el cambio llegaría con el pueblo), sabíamos que en México la desigualdad social era el mayor de los males que nos aquejaba, junto con la corrupción y abuso de sus políticos (muchos de los cuales ahora se han pasado a Morena una vez que perdieron el poder sus partidos, plenamente identificados en Chihuahua).
Contra esas propuestas se burlaban no sólo los panistas y priistas, también la clase empresarial dominante que se negaba a perder sus privilegios (se les perdonaban impuestos y ellos imponían sus reglas laborales, sociales y económicas sobre los mexicanos), pero sobre todo los economistas, que auguraban una catástrofe para el país si AMLO ganaba: fuga de capitales, devaluación, pobreza extrema y convertirnos en Cuba.
Por el miedo que le tenía la clase empresarial se involucraron en las elecciones haciendo una campaña sucia (el consejo coordinador empresarial y todas las cámaras empresariales del país) y contrataron, junto con el PAN, a Antonio Solá (español), creador del slogan “AMLO, un peligro para México”.
Los spot de entonces pintaban en la televisión un país desmoronándose (aún no estaban las benditas redes sociales), unos ladrillos colapsando por el “populismo” de AMLO, señalando que no sólo iba a llevar a la quiebra al país (como si no lo estuviéramos), también que le iba a quietar las libertades y propiedades a los mexicanos.
Asustaron a muchos y les funcionó: de una ventaja de más de 12 puntos porcentuales de AMLO sobre Calderón, la redujeron a la mitad y ni así les alcanzó, por lo que recurrieron al fraude, junto con el sindicato de maestros (liderados entonces por Elba Esther Gordillo) y todos los corporativos gremiales y laborales de esas fechas controlados por el PRI, vendido al PAN (lo confesó años después Roberto Madrazo, entonces candidato presidencial del PRI).
19 años después, la historia ha juzgado a los corruptos prianistas como lo auguró AMLO en su histórico discurso contra su desafuero en la cámara de diputados, cuando querían encarcelarlo para que no compitiera por la Presidencia de la República de 2006, y el día 13 de agosto de 2025 el INEGI ha revelado un dato histórico, contundente y que retrata al gran Presidente que fue Andrés Manuel López Obrador: redujo la pobreza en 13.4 millones, pasando de 51.9 millones de pobres que había en 2018 a 38.5 en 2024.
De un 43 por ciento de pobres que había en nuestro país cuando AMLO asumió se redujo a un 29.6 por ciento ¿Se equivocaron los economistas alarmistas de nuestro país diciendo que no era posible lo que prometía AMLO o jugaron el juego de la clase política y económica para que AMLO no llegara a la presidencia?
Lo juzgaron de loco y demagogo los prianistas diciendo que era un ignorante al igual que todos sus seguidores por lo que proponía, sin embargo es el único Presidente (después de Lázaro Cárdenas) que ha reducido la pobreza en nuestro país, y de qué manera. Pasaron Presidentes que estudiaron En Harvard, en Yale y en otras universidades de Estados Unidos, todos corruptos que sumieron en más pobreza a nuestro país.
Aún recordamos la devaluación con el error de diciembre del sexenio de Zedillo que atribuyó a Salinas, el Fobaproa, la privatización de empresas mexicanas, y otros actos de rapiña, y tuvo que llegar “El Peje”, criticado por estudiar en la UNAM, a enseñarles de economía y cómo reducir la pobreza, siendo Chihuahua uno de los Estados con menos pobres con 587 mil personas en pobreza.
Para dimensionar el logro de AMLO de reducir la pobreza en más de una cuarta parte hay que comparar sus números con la población de los Estados del país y nuestra Ciudad, siendo esta cantidad el equivalente a nueve veces la población de Juárez y casi cuatro veces el total de la población del Estado de Chihuahua. Más de la población total de la Ciudad de México y el equivalente a la población del Estado de México.
La historia lo ha colocado ya como un gran estadista y un gran presidente, con un profundo amor a México, y a los anteriores expresidentes como traidores a la patria y corruptos. Estos datos revelados por el INEGI muestran no sólo su grandeza, también la miseria humana de Peña, Calderón, Fox, Salinas, De la Madrid, López Portillo y Gustavo Díaz Ordaz, del odio de estos expresidentes a nuestro país y los mexicanos, y de todos aquellos que permitieron el fraude electoral de Calderón, preguntándonos ¿Cómo estaríamos ahora si AMLO hubiera sido nuestro Presidente desde 2006?