En ningún radar de los superficiales aparecía el nombre de Ulises Nache Trujillo como líder delictivo. Inclusive, el trascendido la noche del lunes que fue ejecutado en el Oxxo del fraccionamiento Jardines de Aragón junto con dos policías municipales que lo escoltaban decía que se trataba de un empresario. Sí era empresario, y muy exitoso, pero en actividades al margen de la ley. Su oficio legal: electricista.
Fue hasta el día siguiente, ciertamente temprano, cuando quedó corrida la cortina no sobre la identidad del asesinado pues su nombre fue sabido desde el momento del crimen sino sobre su quehacer en el mundo delictivo: quedó catalogado como uno de los líderes de la principal facción del Nuevo Cártel de Juárez (NCDJ), La Línea.
Su historial policiaco en Juárez al que tuvo acceso La Columna registra solamente una detención en el 2012 por portación de arma y otra en el mismo año por extorsión. Fue consignado en ambos casos al ministerio público federal y estatal, respectivamente, pero liberado de inmediato en ambos casos.
Pero resultó un “Delta 1” de los múltiples “Deltas” con los que cuenta La Línea, los operadores de más alto rango a cargo de tareas delictivas con participación de decenas y hasta centenas de individuos bajo su cargo por cada actividad, o por cada giro.
Aparentemente Nache Trujillo tuvo entre sus múltiples responsabilidades la administración del sorprendente túnel descubierto en enero de este año que unía a Juárez con El Paso por el mero corazón de ambas ciudades.
A pesar de eso no era Nache quien aparecía como objetivo prioritario de las autoridades federales mexicanas y norteamericanas, sino jefes del grupo aliado de La Línea: La Empresa, con apellidos como Yudico, Carapia, Moncayo, encargados de logística y cruce de todo lo que requirieran pasar por ahí, en particular, decenas, centenas de migrantes, y droga; armas de aquel lado hacia Juárez. Libertad completa de operación bajo tierra.
Ese asesinato quedó necesaria aunque tácitamente enmarcado en el color naranja de alertas de viaje lanzados por los Estados Unidos contra México apenas un par de días después de ocurrido.
Es uno de los muchos crímenes acontecidos en la entidad que, entre otros delitos, llevaron al Departamento de Estado norteamericano a ratificar su advertencia a estadunidenses y personal gubernamental de dicho país sobre la violencia prevaleciente en grandes porciones de México, del estado…De la sierra chihuahuense, de la capital del Chihuahua…de Ciudad Juárez. Todo a detalle incluidos mapas.
Ese homicidio debe estar siendo revisado con microscopio por las autoridades de seguridad de los Estados Unidos, de Chihuahua y las federales mexicanas porque tiene características distintas a las decenas, centenas de asesinatos ocurridos en la ciudad durante el año.
El estado de Chihuahua registró más homicidios en julio que ninguna otra entidad de la República, 182, de los cuales Juárez desafortunadamente aportó 102. Sinaloa quedó en segundo lugar, con 170 asesinatos, con todo e interminable, brutal guerra intestina entre los Chapos y Mayos, del Cártel de Sinaloa.
Es posible que eso que sucede en Sinaloa no ocurra en Juárez, sería una tormenta sobre mojado, más muertos que el promedio de 80-90-100 mensuales registradosdurante 2025 y años anteriores, porque hasta el momento hay un dominio sólido del Nuevo Cártel de Juárez.
Han sido muchos los intentos del Cártel de Sinaloa por apropiarse de todo el estado de Chihuahua, incluida la cereza del pastel, la joya de la corona, Juárez. Durante los últimos meses su facción conocida como Los Cabrera-Durango han luchado en el corredor Aldama-Ojinaga que conecta con esta frontera a través del Valle de Juárez, desde hace casi dos décadas manejado por ellos.
En la zona urbana de la ciudad cuentan ese grupo delictivo con los servicios de la pandilla Artistas Asesinos, o Doblados, cuyos vendedores de cristal y fentanilo en las calles han formado el grueso de las estadísticas en asesinatos.
La violencia ha quedado circunscrita hasta ahora en la eliminación de Doblados por parte de La Línea-Empresa aunque este último grupo ha contribuido en un extra terrible para la ciudad operado desde el Ceresoestatal 3, el secuestro, que no debe ser pasado por alto aunque parezca por lo pronto reducido y contenido.
Dentro de lo mala que es para la imagen del país la alerta de viajes estadunidense, en el caso de Juárez debe ser aprovechada por los órganos de seguridad e impedir que las cosas empeoren ante la realidad de una ejecución como la ocurrida contra el “Delta 1”, no adjudicable a los históricos enemigos del Cártel de Juárez, los de Sinaloa o a sus Doblados urbanos, sino a sus propios aliados y/o subordinados de alguna de sus facciones y no de rangos menores sino de la misma alta jerarquía de Nache.
Las áreas de inteligencia policiacas y militares tanto locales como estadunidenses conocen a detalle el estado real de fuerza de La Línea, Empresa y hasta de los líderes Mexicles que terminaron en esas mismas filas tras la catástrofe ocasionada por su finado jefe Ernesto “El Neto” Piñón de la Cruz.
Conocen su extraordinaria capacidad para infiltrarse y conseguir operadores dentro de las propias filas policiacas de este lado del Bravo y también del otro lado. No olvidemos la reciente detención de dos agentes de CBP bajo nómina de dichos grupos en Juárez.
Participaban en el tráfico de drogas y personas en los cruces y desarrollaban su vida social en Juárez con protección policiaca documentada en expedientes desarrollados tanto en Estados Unidos como aquí.
Tanta descripción sobre sus alcances y fortaleza es para dimensionar justamente la eventual implosión que venga pegada al crimen acontecido en una zona concurrida como el Oxxo del fraccionamiento Jardines de Aragón. Y no fue un asesinato individual, fue un multihomicidio que incluyó a los polémicos dos policías municipales.
La hipótesis más repetida entre las corporaciones de seguridad habla de la reducción considerable del tráfico de personas cuyo negocio alcanzaba y sobraba para mil o dos mil polleros y sus respectivos jefes; de todo aquello no queda ni el 10 por ciento, lo cual ha ocasionado crispación de nervios, enojos y disputas internas que habrían llevado a la eliminación del “Delta”.
Y si es así, sin duda seguirá la misma tónica, el peligro potencial para la ciudad, y el reto de las autoridades para evitar más violencia, más asesinatos y el brinco al color rojo en la alerta de viajes.
Que no empeore factor Nache alerta de viajes
