A partir del próximo lunes 25 de agosto empezaré un recorrido por algunas comunidades del estado para informales de mi primer año como representante de Chihuahua ante el Senado de la República.
El informe que presentaré será una fiesta popular, un encuentro con la gente directo, cercano y alegre. Cruzaré Chihuahua para informar lo hecho en el Senado, gracias a su confianza y voto en las pasadas elecciones.
Celebraré cinco asambleas informativas que serán un espacio para celebrar los avances legislativos de la Cuarta Transformación.
Empezaremos el 25 y 26 de agosto en Ciudad Juárez, mi tierra, donde aprendí que nada es imposible cuando se lucha con el corazón. El miércoles 27 estaremos en Ascensión, en el corazón agrícola del norte del estado y continuaremos en Chihuahua capital, el 29 de agosto. Nuestro último informe será el sábado 6 de septiembre en Morelos, uno de los municipios más apartados de la Sierra Tarahumara
Deseo informar a todo Chihuahua: de la frontera hasta la sierra porque mi compromiso es llegar siempre al último rincón.
Cada asamblea será un espacio para escuchar. Vamos a dialogar sobre lo que hemos hecho y también sobre lo que falta por hacer y, sobre todo, a celebrar que la 4T avanza en Chihuahua.
En estas asambleas hablaré de los cambios que ha vivido México durante los gobiernos de la Cuarta Transformación, donde destaca el cambio radical del modelo de desarrollo que ha dado un salto del modelo neoliberal centrado en la expansión material, a otro que combina crecimiento económico y una distribución más justa de los frutos del esfuerzo productivo.
Este cambio ha permitido que el esfuerzo productivo de la nación no se concentré más en los beneficios y privilegios de una élite social en la que sólo caben los grandes y medianos empresarios o quienes hacen negocios con cargo al gobierno mexicano.
El cambio esencial está en una política salarial que influye directamente en un mercado de trabajo formal que supera los 22 millones de trabajadores y que con la llegada de AMLO a la presidencia cambió al impulsar, mediante aumentos significativos, la recuperación de la capacidad adquisitiva del salario mínimo que de 2018 a 2025 duplicó el salario real en el interior del país y lo triplicó en la Frontera Norte.
También, cabe destacar una política más solidaria hacia el trabajador que comprende un mayor reparto de utilidades, la supresión del outsourcing y una implicación del gobierno en los planes de jubilación. A esto se suman apoyos a jóvenes en situación de desempleo temporal y cambios en la legislación laboral para erradicar la brecha salarial de género o para crear ofertas accesibles de vivienda para los trabajadores a través del INFONAVIT.
Otra cambio está relacionado con una política de bienestar que comprende pensiones, apoyos o becas, que han mejorado la situación de cerca de 33 millones de personas que pertenecen a comunidades vulnerables, como lo son las madres solteras, los pueblos originarios o afrodescendientes, las personas con discapacidad permanente menores de 65 años, las personas adultas mayores, los campesinos pobres y a estudiantes de educación básica, de media superior o del ciclo superior, residentes en comunidades con alta marginación.
Si se quisiera valorar el compromiso de los gobiernos de la Cuarta Transformación bastaría considerar que en este año el gobierno federal destinará 835 mil 535 millones de pesos para avanzar en este proyecto que busca erradicar la pobreza y reducir la desigualdad del ingreso.
A estas estrategias se suma una acción transversal que promueve implantar dentro la familia una cultura de igualdad de género, que garantice a las mujeres una vida libre de violencia y un trato equitativo en el hogar, en el mercado de trabajo y en todos los espacios donde se gestionan los asuntos públicos.
Hay otro ámbito en el que se revela con claridad la promoción de este modelo de desarrollo solidario por cuenta del gobierno y este tiene que ver con el movimiento internacional de mercancías y capitales.
Este modelo destaca una gestión permanente del sistema de regulaciones al comercio exterior, una defensa rotunda de la soberanía productiva y políticas de estímulo a importaciones y exportaciones, que tratan de equilibrar los beneficios de nuestros productores con la calidad y precios de las mercancías que se distribuyen en el mercado nacional.
Si algo ha distinguido la gestión de nuestra presidenta, es su valiente, inteligente y mesurada defensa de nuestra soberanía productiva; ofreciendo como alternativa para recuperar la competitividad de la región de Norteamérica el Plan México y una muy cuidadosa y respetuosa negociación cotidiana frente a la cambiante e impredecible política arancelaria de los Estados Unidos, país con el que intercambiamos más de un billón de dólares por año.
Las dos estrategias han sido eficaces porque los aranceles que están pagando las empresas exportadoras radicadas en México está lejos de lo tantas veces anunciado y, además, estudios realizados por expertos anticipan que su nivel se reducirá, cuando las empresas exportadoras hagan ajustes administrativos para exportar una proporción más elevada, bajo la cobertura arancelaria del TMEC que garantiza un arancel de 0%.
El Plan México es una propuesta que plantea una reestructuración productiva para involucrar a empresas nacionales y extranjeras en proyectos de inversión que aprovechen el mercado interno y oportunidades de exportación en mercados emergentes.
Otra novedad de este modelo de desarrollo es el nuevo trato que se ha establecido con la inversión extranjera directa, donde han perdido relevancia los precios de remate a los que se ofrecía la fuerza de trabajo mexicana y, en su lugar, ha cobrado importancia la solidaridad del capital extranjero hacia las personas trabajadoras mexicanas.
En el mercado internacional de servicios destaca la política de apoyos y franquicias que el gobierno otorga a consumidores y productores de las fronteras y un nuevo concepto de promoción pública al turismo, centrado en grandes inversiones de infraestructura pública, a cambio de una distribución más equilibrada de sus beneficios entre inversionistas nacionales o extranjeros, trabajadores, gobiernos y comunidades.
Finalmente, también es importante indicar que México tiene una política de protección y apoyo tanto a las comunidades mexicanas residentes en el extranjero como a los flujos migratorios que transitan por nuestro país rumbo al extranjero.
El trato que los gobiernos de la Cuarta Transformación tienen con la inversión extranjera directa implica que las empresas foráneas respeten la política de bienestar que rige su mercado trabajo, caracterizada por condiciones de trabajo más solidarias.
Quienes veían con pesimismo la viabilidad de este proyecto, alegando que mayores salarios provocarían un éxodo de las empresas extranjeras manufactureras dedicadas a la exportación: fallaron, porque a lo largo de estos años han mejorado las condiciones de trabajo, al igual que los salarios de las y los trabajadores de estas industrias y la presencia de estas empresas sigue firme y con la perspectiva de seguir expandiéndose.
En cuanto a la política de estímulos para mejorar la competitividad del comercio fronterizo del norte del país, mi experiencia reciente como presidente de la Comisión de Asuntos de la Frontera Norte, me permite confirmar su valor, tanto para fortalecer al comercio de la frontera, como para ampliar su mercado nacional y así crear un largo periodo de prosperidad en la región fronteriza.
Los resultados son claros: de 2018 a 2020 en todos los estados de la frontera norte los niveles de pobreza disminuyeron y en cinco de los seis que la conforman, también conocimos una reducción de la desigualdad. Fenómenos sociales que, sin duda, están relacionados con la diferenciación salarial a favor de la Frontera Norte; con los programas que establecen un mayor subsidio a las gasolinas, a la ampliación de los negocios en los que los consumidores sólo pagan el ocho por ciento de impuestos por sus transacciones, al programa de importación de vehículos usados y, desde luego, a los efectos directos de las políticas de bienestar.
La presencia de México en el mercado mundial de servicios, en particular en los turísticos, también ha sido tocada por un nuevo concepto para administrar los asuntos relacionados con este sector: el proyecto emblemático ha sido el Tren Maya, por el cual se asoma una nueva forma de estimular la expansión del turismo, que contempla, tanto el nacional, como el que arriba del extranjero; un pacto con los negocios para que respeten una política laboral inclusiva; un beneficio definido y, en su caso, reparador para las comunidades afectadas; así como un esfuerzo singular para preservar nuestro patrimonio, en su concepto, cultural, histórico y ambiental.
Finalmente, sólo me resta invitarlos a que sumen a esta jornada para celebrar que ya vivimos en una sociedad más justa, solidaria y democrática.