La maquiladora en Juárez ya eliminó al 20% de las 326 mil plazas que tenía. Eso significa que ya corrieron a 1 de cada 5 trabajadores

Cuando el pesimismo era mi copiloto favorito, dar este tipo de noticias me hacía sentir que estaba haciendo algo importante para todos. Hoy no me gusta hablar de esto, pero de todos modos voy a hacerlo, aunque desde otra óptica, en aras de que la información le sea útil a alguien.

Cuando los periodistas hablamos de despidos, generalmente hablamos de asombrosos números, pero rara vez tocamos el lado humano de esos datos. Hoy empezaré con los números y luego me iré al lado humano y después trataré de poner mi granito de arena para el bienestar de algunos que estén pasando por esa situación.

Conozco algunos laberintos y recovecos de la estadística juarense. Con datos de INEGI le puedo decir, estimado lector, que la maquiladora ha despedido a 65 mil personas en los últimos dos años en Ciudad Juárez. Ha eliminado el 20 por ciento de las 326 mil plazas que tenía en junio del 2023 cuando alcanzó su punto máximo. Si aún no se le pone el ojo cuadrado, déjeme le digo que eso significa que de cada 5 empleados que había en la maquila, ya corrieron a uno. Le dieron cuello, caput, pasó la voladora, lo renunciaron, lo serrucharon, o como usted quiera decirle para suavizar la gravedad del asunto.

Los motivos los escuchamos a diario en las noticias cuando hablan de la necedad del presidente de Estados Unidos, de las fallas de nuestro propio gobierno federal que no conoce la economía de Ciudad Juárez y se la pasa ahorcando a las maquilas, de la automatización y de la eficiencia de procesos. Unas maquilas se están yendo y otras están haciendo más con menos. El caso es que hay muchos despidos y vienen muchos más porque las cosas no están cambiando a favor del empleo de Juárez, ni van a cambiar en el corto plazo (esto lo asegura mi copiloto el negativo que sabe mucho de eso).

Esos son los fríos datos, pero qué tal si los humanizamos. Y es que una de las cosas más humanas que existen en el mundo es el dinero y la forma de obtenerlo. Desde el bíblico evento ocurrido en el edén entre Adán y Eva, la humanidad fue condenada a trabajar para poder sobrevivir.

Las familias necesitan el ingreso que viene del empleo. Esto satisface desde las necesidades más banales hasta las más básicas. Cuando el ingreso de la familia está en riesgo empieza una tormenta emocional que puede incluir estrés, miedo, enojo, tristeza, y que puede llegar a los abismos más profundos de la depresión. Pero toda esta espiral emocional no tiene que suceder completa.

El estrés es normal y hasta necesario en una situación así, porque es lo que va a llevar a buscar una nueva forma de sustento. Pero el resto de las emociones deben llegar sólo a cumplir una misión y luego abandonar el cuerpo para no paralizar al individuo y dejarlo continuar en la búsqueda del sustento.

El despido suele ser un motivo por el que la gente viene a buscar terapia porque generalmente es muy difícil lidiar con todas esas emociones juntas. ¿Cómo puedo manejar emocionalmente un despido? Primero, que no lo sorprenda. Al leer este artículo, usted está eliminando el factor sorpresa. En tiempos de crisis nadie tiene el empleo seguro. No se trata de que mi amigo copiloto genere una psicósis. Un despido es siempre una posibilidad en el mundo laboral y listo.

Segundo: Ponga su drama aparte, tenga la cabeza fría y no se lo tome personal: El patrón no quiere deshacerse de usted, no lo odia, ni le cae gordo, simplemente, en algún momento ya no podrá pagarle. Si él está tratando de pagarle menos, lo está haciendo para tratar de sacar adelante a su empresa. A usted le conviene estar de acuerdo con esto que le digo, créame. De nada le sirve mantenerse enojado, al contrario, le perjudica.

Tercero: infórmese. Antes de firmar cualquier cosa, revise sus derechos, de ser posible asesórese con algún abogado laboral o hasta con el contador o abogado cercano a la familia. Esto puede hacerlo hoy mismo, antes de cualquier despido, averigüe cuánto le corresponde si lo recortan.

Cuarto: Negocie lo mejor posible, no se rinda a la primera oferta. Haga como que va a demandar hasta que de plano vea que no cederán, pero considere que irse a un juicio podría costarle mucho dinero y tiempo. Debe hacer un análisis muy a fondo para tomar esta decisión, evite tomarla desde el enojo o la impotencia. Cabeza fría amigo lector.

Quinto: Agradezca por todo lo ganado y lo aprendido en la empresa. Revise bien cómo este empleo impulsó su vida y dé las gracias en silencio. Deje las puertas abiertas en su antiguo trabajo, así logrará recomendaciones o un posible reingreso.

Sexto: Evalúe su propio estado emocional, y si no se siente tranquilo vaya a terapia. Créame, su estabilidad emocional vale mucho más que el precio de dos o tres sesiones con un terapeuta. En nuestra cultura mexicana subestimamos el bienestar mental. Recuperar la calma rápidamente le va a ayudar a resolver su situación económica más rápido.

Séptimo: Defina qué quiere hacer con su vida en adelante, pues este despido puede ser un parteaguas. Aproveche su sesión de terapia para explorar lo que Usted desea crear en el futuro.

Octavo: Invierta su liquidación. En muchas ocasiones al guardar el dinero en banco o el colchón, termina perdiendo una parte por la inflación y los pellizcos. Una inversión bien hecha puede convertirse en un patrimonio.

Noveno: Evite aislarse. Aproveche que no tiene trabajo para ver a familiares, amigos, ex compañeros, etcétera. Mientras más salga a ver gente, más oportunidades tendrá de encontrar un nuevo trabajo o de armar un negocio que lo saque de la desocupación.

Décimo: Aprenda a disfrutar la vida como viene.

Espero que Usted nunca necesite de esta lista de sugerencias, pero si conoce a alguien preocupado por su empleo, que está recién despedido o que “ya vio venir la voladora”, por favor compártale este artículo, pues le podría servir de algo. Muchas gracias por su atención estimado lector. Nos leemos en quince días.

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