Desde los primeros días de agosto el gobierno municipal anunció que en el marco del programa Juárez Renovado daría el inicio la recolección de basura de manera diferenciada, esto es, recoger por separado los residuos que, de inicio, deberán apartarse desde los hogares considerando cuáles de ellos son orgánicos y cuáles inorgánicos, esto para transformar su manejo y facilitar el máximo aprovechamiento.

Y así sucedió: el jueves 4 de septiembre en 93 fraccionamientos de la zona conocida como del Valle del Sol se inició con la recolección de basura inorgánica toda vez que de tres veces por semana que pasa el camión recolector, la de en medio corresponde a este tipo de residuos; en las dos restantes, en este caso martes y sábados, se recogerán desechos inorgánicos.

En general para reconocer cuáles son los residuos orgánicos diremos que son aquellos húmedos como restos de comida, cáscaras de frutas y verduras, cascarones de huevo, residuos de café y té, entre otros, que deberán separarse y almacenarse sin líquidos. Por su parte los residuos secos tales como el cartón, vidrio, plástico, madera, hojas, bolsas, hule, metal, cerámica y textiles se consideran inorgánicos por lo que bajo ciertos procesos podrán ser fácilmente reciclados siempre y cuando estén libres de materia orgánica.

Serán los casi treinta mil habitantes de Valle del Sol quienes platiquen su experiencia; de entrada, aunque se tuvo una junta informativa a la que asistieron poco más de treinta representantes de los fraccionamientos involucrados, al día de inicio la gran mayoría de residentes no tenían ni idea de la iniciativa y se mostraban confundidos, principalmente, por no saber qué hacer para almacenar los residuos orgánicos durante toda una semana en sus hogares dados los olores y focos de infección que su descomposición significaría; de hecho, el gobierno recomienda congelarla mientras llega el momento de desecharla. Algunos más comentaron que habían sido elegidos por el nivel de conciencia que los residentes pudieran tener respecto al cuidado ambiental dado el nivel socioeconómico y hubo quien aludió a que al ser un sector en el que la mayoría laboraba buena parte del día, no tendrían tiempo de manifestarse si la situación les resultaba demasiado incómoda: de hecho también se escuchó a quienes externaron: ojalá valga la pena tanta incomodidad, como también voces que se sentían dispuestos a poner su grano de arena para hace una ciudad más sostenible.

En particular, se contempla que los desechos orgánicos sean utilizados para generar biogás y a partir de éste generar energía para alimentar parte del alumbrado público; respecto a los residuos inorgánicos la idea es favorecer el reciclaje dando entrada a lo que se conoce como Economía Circular la cual, en contraparte del sistema lineal “usar y tirar” que por sí mismo destruye la naturaleza para generar valor económico, la regenera al dar todos los usos posibles a los materiales que ya se utilizaron para evitar en la mayor medida que se conviertan en residuos.

Tenemos entonces que si bien la separación se dará desde el origen, los hogares, también será necesario contar con una planta de selección de residuos inorgánicos para apartar aquellos que tienen el potencial de ser reciclables.

El programa en sí mismo, conceptualmente, es muy interesante y vale la pena intentarlo. De hecho as noticias dicen que tuvo buena aceptación gracias al buen ánimo de la población. No debe olvidarse que por lo pronto la basura se debe depositar en dos contenedores, o en bolsas de segundo uso según recomiendan las autoridades. También han afirmado que durante las primeras cuatro semanas del programa de no cumplir con la separación de residuos no se aplicarán sanciones, solo no se recogerá la basura y se dejará hasta el siguiente día de servicio.

En fin, no es cualquier cosa lograr que este programa funcione y, más aún, extenderlo a toda la ciudad: ¿Cómo harán para quitarnos la (mala) costumbre de tirar todo a una sola bolsa? habrá que seguir el ejemplo de otras ciudades que además de campañas de educación ambiental utilizan tanto multas como incentivos.

Seguramente la imagen de la ciudad se verá afectada porque no olvidemos que tenemos la también mala costumbre de dejar los contenedores de basura sobre la banqueta día tras día, no importa el día en que la recoja. De aquí en adelante serán dos “tambos” y no solo uno los que las invadan. Es un cambio de paradigma que vale la pena intentar porque siempre será bueno que la gente y el gobierno trabajen juntos, sin embargo aun resuena la duda de cómo será su logística para lograr que funcione: ¿recoger solo una vez a la semana los orgánicos?… pues para evitar moscas en el aire… ¿Qué tantos y por cuánto tiempo se estará dispuesto a pagar energía y ceder parte de los congeladores para guardar basura? No parece buena idea.

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