Un equipo de arqueólogos ha hallado las que creen que son las momias más antiguas conocidas en varias regiones del sudeste asiático, con restos de hace unos 14.000 años. Aún no se han encontrado textos referentes a las posibles creencias de la antigua civilización que expliquen los motivos de las posturas encogidas que presentaban los cadáveres.

Esta técnica de encoger los cuerpos doblando sus extremidades ha sido identificada en varios pueblos de Asia y Oceanía, donde la preservación de los cuerpos se ha conseguido con métodos similares. Hsiao-Chun-Hung, primera autora del trabajo, ha confesado que su nuevo estudio “desvela una mezcla única de técnica, tradición, cultura y creencias”.

El equipo de científicos de Hung se ha extendido por Australia, Japón, China, Vietnam y otros países asiáticos con el fin de descubrir nuevos hallazgos arqueológicos. En la actualidad, el grupo de científicos ha conseguido identificar a más de 50 enterramientos en el sur de China, Vietnam e Indonesia que siguen el mismo patrón. Se trata de cadáveres encontrados en posturas encogidas de manera inhumana, pero sin signos evidentes de huesos rotos o dañados.

Según los responsables del trabajo, la técnica empleada para la momificación y enterramientos de los cadáveres podría predominar entre los pueblos de cazadores y recolectores que poblaron Asia por primera vez. Estos pueblos estarían estrechamente relacionados con los miembros de la especie de los Homo sapiens, extendiéndose desde África hasta Asia y Oceanía hace 70.000 años.

La postura encogida o en cuclillas es muy común entre los pueblos preneolíticos, es decir, antes de la llegada de la agricultura, en Asia oriental, el sur de China y el sudeste asiático. Con el inicio de la revolución neolítica, las técnicas para enterrar a los cadáveres fueron desarrollándose hasta llegar al método de colocación del cuerpo recto y boca arriba, según un estudio publicado por la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

Un análisis con dos técnicas de rayos X e infrarrojos ha dejado al descubierto de los investigadores los métodos empleados para la conservación de los cuerpos. Según los resultados, la antigua civilización que pobló por primera vez Asia exponía los cuerpos al fuego y al humo. Si bien no todos los huesos mostraban pruebas visibles, esta técnica explicaría cómo las extremidades de los cadáveres no llegaron a fracturarse cuando se doblaron los cuerpos para encogerlos.

“La momificación con humo fue una práctica probablemente muy extendida”, explica Hung. Esta técnica empleada podría ser una muestra de que los cazadores y recolectores del pasado tenían la intención de conservar a sus ancestros. De este modo, se pretendía un acercamiento a los difuntos de manera que estuvieron presentes en la tierra física, tangible y visiblemente.

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